Más de 55.000 muertos, más de 5.000 desaparecidos, más de 8.000 cadáveres sin identificar. Cuerpos decapitados en las calles, descuartizados en bolsas de basura, colgados de los puentes. Amplios territorios de Tamaulipas, Nuevo León, Veracruz, Michoacán, Sinaloa… convertidos en zonas de guerra por los señores de la droga. Asesinatos de mujeres, tráfico de inmigrantes, secuestros, extorsión, robo de órganos, robo de vehículos, fosas comunes… Más periodistas asesinados que en la guerra de Irak, que en Libia o en Siria. La violencia asociada al narcotráfico ha sido la imagen internacional de México durante el sexenio del presidente Felipe Calderón y la inseguridad la principal preocupación de los mexicanos. Sin embargo, ha sido la gran ausente de esta campaña electoral. Ninguno de los candidatos a sucederle tras las elecciones del domingo ha ofrecido una nueva estrategia para acabar con un conflicto que no solo desangra sino que distorsiona toda la vida del país.
Fuente: El Mundo de España