Para Javier Mascherano (San Lorenzo, Argentina; 1984) la final es de lo más emotiva: no solo despiden a Josep Guardiola, sino que enfrente estará Marcelo Bielsa, un hombre decisivo en su vida. Tan práctico como en el campo, defiende la idea de que terminar esta temporada con un título es la mejor manera de empezar bien la próxima temporada.
Pregunta. ¿Afronta la final como un partido especial?
Respuesta. Sí. Por un lado está Bielsa y por el otro, es el adiós de Pep. Tiene su punto de emotividad, claro. Para nosotros la final cierra un ciclo prácticamente perfecto: por los títulos, por el cómo se lograron y por todo lo que deja la manera de hacer. Pero las finales están para ganarlas y este equipo tiene con qué.
P. No tuvo con qué ganar la Liga…
R. Pero sí dio para ganar tres títulos, aunque parece que nadie los recuerda. Rendimos para ganarla y hubiéramos sido campeones en cualquier otra Liga. Pero el Madrid sumó 100 puntos y bien merecido tienen el premio, hay que aceptarlo.
P. ¿Cree que el equipo pudo hacer algo más para convencerle de lo contrario?
R. No era una decisión que pudiéramos cambiar. Jamás en mi carrera vi que un vestuario siga a un entrenador con tanta fe; lo que él dice, va a misa. Calculo que va a ser muy difícil que se vuelva a dar. Pep tiene una capacidad de liderazgo que es un don. Las razones por las que se va son claras: el agotamiento, el cansancio, disfrutar de otras cosas… Se exigía mucho, tiene hijos pequeños y deseará verlos crecer y disfrutar más tiempo con ellos, es normal. Le vendrá bien bajar la pelota al pasto y cargar de nuevo las pilas. Vivir las 24 horas por tu club es agotador. Y más en su caso; el Barça es su casa y el desgaste es el triple porque trabajar en el club donde naciste es duro emocionalmente. Esta final cierra un ciclo prácticamente perfecto, por los títulos y por el juego”
P. ¿Qué le deja Pep?
R. ¡Mucho! Estamos hablando de uno de los mejores, si no el mejor. Siempre sale con una sorpresa o un detalle que te da el partido. Es el entrenador que más me ha marcado junto a Bielsa. Para mí ha sido un quiebro en mi carrera. Llegué a Barcelona con 26 años y descubrí que había otra manera de jugar al fútbol. Por cómo te explica las cosas, por cómo le habla al jugador, por la capacidad para liderar un grupo y mantenerlo durante cuatro años al máximo nivel. Todo eso ha sido básicamente por su capacidad como entrenador.
P. ¿Cómo valora el nombramiento de Vilanova?
R. En la realidad son los jugadores lo que tenemos que hacer buenas sus ideas en el campo. Él puede tener las mejores ideas como cualquier entrenador, pero los jugadores tenemos la responsabilidad de llevarlo a cabo. Aunque Tito es capaz de asumir el relevo. En estos cinco años, ha sido una pieza muy importante de este ciclo. Sinceramente, desde que llegué, vi más a una dupla que a un segundo. El míster le ha consultado muchísimo y cuando a Tito le pasó lo de su enfermedad, se le extrañó mucho porque es un entrenador que ve muy bien el fútbol y sabe mucho, aunque siempre se haya mantenido lejos de los focos.
P. Guardiola le ha convirtió en defensa. ¿Cómo le convenció?
R. Soy consciente de que si no hubiese sido por Guardiola, no hubiera logrado jugar en el Barcelona como mediocentro, y mucho menos de central… Me llenó de conceptos cada día. Este club es el más exigente por todo, te reclama un plus. No sé por qué no he tenido esa sensación de reto, de exigencia, en ningún otro equipo. Lo de jugar en defensa ni siquiera me lo dijo. Había jugado un rato en Almería y teníamos que ir a disputar la vuelta de la Champions a Ucrania y no sé por qué intuí que iba a jugar de central. De hecho, no lo entrenamos ni me dijo nada, pero en la formación me puso de central y al final de la charla me dijo algo que no olvidaré nunca: “Cuando seas entrenador, vas a querer poner a todos los centrocampistas en tu equipo; es la mejor manera para que el quipo juegue bien”.
Fuente: Diario El País