El joven era un habitual usuario del servicio. Para la defensa podría haber atenuantes.
El pasado 9 de agosto del 2011, Susana Valuci vivió el peor infierno en sus dos años como remisera. Un joven, que era habitual cliente de la firma, la abordó en el sector de Boulevard Butteler y al llegar al Mercado de Abasto comenzó a golpearla salvajemente exigiéndole el dinero y el auto.
La mujer quedó casi inconciente luego de que el joven de 25 años intentara ahorcarla con una bufanda. Finalmente la abandonó en el camino de tierra sobre la ex ruta 36 y aunque pidió ayuda a gritos, nadie detuvo el auto para socorrerla.
El hecho comenzó a juzgarse en la Cámara Segunda del Crimen y la defensa, a cargo del abogado Jorge Valverde, intenta probar que el joven, Matías Jesús Anders Muñóz, quien actuó bajo los efectos de la droga, sería inimputable.
En diálogo con Telediario, Susana manifestó que el pasajero subió a las 8 de la mañana al vehículo Fiat Siena que conducía y comenzó a golpearla “como si estuviera sacado”.
“Me sacó el auto y me seguía golpeando. Me llevó hasta cerca del canal y lo que más me dolió es que cuando me bajé del auto pedía ayuda y nadie frenaba. La gente pasaba, me miraba y no hacía nada”, aseveró.
La mujer dijo que el joven “era un cliente habitual y lo he llevado muchas veces”.
“Estaba muy drogado, se perdió, estaba loco, no sabía que quería. Decía que tenía un cuchillo pero no lo vi. Creo que si lo hubiera tenido me mataba”, afirmó.
Añadió que no intentó resistirse porque el sujeto rápidamente había tomado la plata y el celular.
“Me golpeaba contra el tablero, no me dejaba bajar del auto. Cuando me dejó pasó una camioneta, se bajaron unas personas y después salieron corriendo. Se ve que llamaron a la Policía”, manifestó.
Susana dijo que es la primera vez que es asaltada y no encuentra explicaciones por lo sucedido. “Se donde iba, lo llevaba a la casa, no era un desconocido. Yo siempre trabajaba de día”, expresó.
Los médicos le señalaron que tiene una quebradura en la nariz, sufrió lesiones en el rostro, en la muñeca, la espalda y hasta recibió una mordedura en su mano derecha.
“Cuando me bajé del auto me pateaba en el suelo, no me dejaba mover”, recordó.
El joven finalmente huyó y cuando observó que era perseguido por móviles policiales abandonó el auto e intentó fugarse a pie. Los efectivos lograron detenerlo y reducirlo. Fue derivado a la sede de la Policía Departamental y desde allí trasladado a la Cárcel, donde quedó a disposición de la fiscalía de turno.