«Mi mamá rezaba todas las noches para que volviera con vida y pudiera ver nacer a su primera hija»

Su madre estaba embarazada de Fernanda cuando su padre combatía en la guerra. Con 30 años revive las secuelas de una historia signada por Malvinas.

Hace 30 años, su madre rezaba cada noche por el soldado perdido en Malvinas, mientras su padre confrontaba con las esquirlas de la batalla que nunca imaginó.
Cuando el cabo de la Fuerza Aérea Ruben Miolano regresó de las Islas se encontró finalmente con Fernanda, la beba le que dio vida después de tantos registros de la muerte.
30 años después, la niña que esperaba los brazos del héroe se descubre en los recuerdos de un cuento de guerra, sin final feliz.
«Mi mamá siempre me contaba que sufrió mucho no saber si mi viejo iba a volver. Rezaba todas las noches para que volviera con vida y pudiera ver nacer a su primera hija», recordó emocionada.
La joven destacó que no necesitaba preguntar sobre lo que había ocurrido en las Islas. Su padre hacía relatos entusiastas de una experiencia que lo marcó para siempre.
«Hemos crecido con el tema de Malvinas, aunque nos empezamos a interiorizarnos con mis hermanos cuando fuimos más grandes. En el colegio nos hablaban del 2 de abril, hacíamos redacciones sobre el tema y los compañeros me preguntaban por ser hija de ex combatiente, pero cuando era chica no lograba tomar dimensión de lo que pasó», manifestó.
La joven señaló que «hubo cosas que no fueron como se dijeron y otras que no se contaron» y recalcó que «los veteranos regresaron con muchos fantasmas y no tuvieron  la ayuda que necesitaron»
«Mi papá siempre dice que volvería a ir. Es un sentimiento que solo los soldados podrían explicar. Solo ellos conocen lo que significa defender la patria», aseveró.
La historia que aprendió en charlas sobre las rodillas de papá y los dictados de la escuela la enfrentaron con la locura de dictadores y genocidas. Aunque sueña con visitar el lugar donde su padre arriesgó la vida, entendió que la guerra nunca más deberá ser una opción.
«Fue difícil convivir con todo lo que habían pasado y con lo que contaron después. Mi mamá le mandaba cartas que nunca llegaron  y hubo mucha ayuda que no sirvió para los soldados. Eso lo sabe el común de la gente y duele. Nadie se puede olvidar de los titulares de las revistas que decían que íbamos ganando, aunque no era esa la realidad», recalcó.
Su padre había llevado un almanaque en el que marcó los días en los que estuvo en las Islas y con un recuadro fijó las jornadas en que fueron bombardeados.
«En estos últimos años se está valorando más al ex combatiente. Antes habían sido dejados de lado y no les reconocían el mérito de dar la vida por su tierra y por los argentinos», subrayó.

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