Dos jóvenes murieron el sábado al golpear sus cabezas entre sí durante un salto compartido de bungee jumping o goming, en el partido bonaerense de Moreno, según informaron este domingo fuentes policiales.
Según presumen los investigadores, ambos se arrojaron simultáneamente desde una grúa, atados por la misma cuerda elástica. El latigazo del momento en que la soga quedó extendida, hizo que las cabezas chocaran violentamente entre sí en el aire.
El goming es un deporte extremo que consiste en saltar desde gran altura, generalmente desde puentes, atado por los tobillos por una soga elástica, para experimentar la sensación de una caída libre de cabeza, con la elasticidad de la cuerda calculada para acercarse a la superficie sin impactar en ella.
Las víctimas son Marcelo Martínez, de 25 años, y Alexis Sebastián Papayani, de 27, integrantes de un grupo de amigos que instaló la grúa en la localidad de La Reja, en ese distrito del oeste del conurbano bonaerense.
Una de las víctimas murió en el lugar y la otra fue trasladada por personas que estaban allí al hospital local, donde murió poco después.
El jefe de prensa del Partido de Moreno, Juan José Blinoff, aseguró a Télam que la grúa utilizada es de las que se usan en la construcción de edificios, y «por su altura, deberían haberle pedido permiso al Municipio para instalarla».
«Creemos que los vecinos no denunciaron la colocación de la grúa porque habrán supuesto que se trataba de una construcción en lugar de la práctica de estas actividades. Aún así la zonificación de ese barrio sólo permite casas bajas por lo que la grúa no tiene nada que hacer ahí», agregó el funcionario.
La grúa, de más de veinte metros de altura, se ve desde varias cuadras, porque el barrio se caracteriza precisamente por la baja altura de las construcciones, en general casas de fin de semana.
El brazo de la máquina, que hizo de plataforma para la mortal experiencia, sobresale por encima de los árboles de la propiedad de la calle Álvarez Thomas 3171, esquina Rubén Darío.
La causa está a cargo del fiscal de Moreno Mariano Navarro, quien aguarda los resultados de las autopsias para constatar la mecánica de la muerte.
Fuentes policiales informaron a Télam que este grupo no tenía habilitación alguna para esta actividad, que de todos modos realizaba en privado. Se investiga si tenían el propósito de algún tipo de explotación comercial en el futuro.
El bungee jumping es un deporte extremo y conlleva varios riesgos mortales, relacionados con los elementos utilizados o con la forma de lanzarse.
Tirarse de pie en lugar de cabeza, por ejemplo, provoca una muy brusca sacudida de inversión del cuerpo cuando la cuerda alcanza toda su extensión. Además existe el riesgo de enredarse con la cuerda durante la caída y provocar un ahorcamiento accidental o una severa lesión cervical.
El estado de la cuerda, los arneses y la atadura a los tobillos; la calidad de la cuerda de goma, que puede estirarse demasiado o muy poco, o un mal cálculo de altura del operador de la grúa pueden también provocar trágicas consecuencias.
Otros factores de peligro son la posibilidad de una ráfaga de viento que modifique los parámetros de la caída, la presencia de aves o bandadas en la zona o elementos sueltos en los bolsillos que puedan lastimar al deportista al caer.
El bungee jumping nació el 1 de abril de 1979 en la ciudad inglesa de Bristol, cuando David Kirke y otros tres saltadores se lanzaron desde el puente Clifton Suspention, sobre el río Avon.
La idea había sido de Chris Baker, que a su vez la tomó de un ritual de iniciación masculino de una tribu de la aldea Bunlap, en la isla de Pentecostés, donde los indígenas usan lianas atadas a sus pies para lanzarse desde altas plataformas de madera y demostrar su coraje.