La mujer reflejaba en su rostro las huellas de recurrentes palizas. Padece una creciente sordera y apenas puede caminar. En el interior de su casa, el olor nauseabundo por días de mugre acumulada hace casi imposible la respiración. Es una postal del peor abandono
«Me golpeaba, la amiga esa, me golpeaba», balbuceó Norma Ojeda, la anciana de 66 años que movilizó con su historia a más de medio centenar de vecinos en el barrio Las Delicias.
La mujer reflejaba en su rostro las huellas de recurrentes palizas. Padece una creciente sordera y apenas puede caminar. En el interior de su casa, el olor nauseabundo por días de mugre acumulada hace casi imposible la respiración. Es una postal del peor abandono.
Norma duerme en un acolchado sobre el suelo. Desde que se rompió la cama no tiene un lugar para descansar su cuerpo envejecido por el maltrato y el alcohol.
Los vecinos afirman que una vecina, que actuaba como apoderada, cobraba la jubilación de la anciana y «se quedaba con el dinero».
«Mire como está golpeada, está llena de hematomas. Me dijeron que la había golpeado la vecina. Le pegaba adelante de todos. Norma está sola, cobra una pensión y el hijo le dio el poder a esta mujer. El abandono es total», resaltó.
Al grito de «Justicia, Justicia…» los vecinos se concentrar0n frente a la vivienda de calle Víctor Hugo al 450 y aseveraron que en varias ocasiones denunciaron la situación ante el municipio y la Policía.
«Vino la señora Mercedes Storani y asistentes sociales, pero dieron una vuelta y se fueron», expresaron.
Un móvil con dos efectivos arribó poco después de las 12:30 al lugar y los denunciantes los acompañaron hasta el interior de la casa de Norma.
«Ella está sola y nadie se hace cargo. Ella cobra la pensión y la de al lado se quedaba con la plata. Esto es abandono de persona», aseveró María, vecina del lugar.