Pamuk: «La literatura es sobre todo y cualquiera puede hacerla»

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Juan Rapacioli
El escritor turco Orhan Pamuk, premio Nobel de literatura 2006, dijo que la ingenuidad en la creación es «entregarse con creencia mística en los poderes de la escritura», en la presentación de su último libro «El novelista ingenuo y el sentimental», realizada en el Malba.

El libro, publicado por Random House Mondadori, reúne seis conferencias públicas que pronunció el autor cuando estuvo a cargo del seminario Charles Eliot Norton en la Universidad de Harvard durante 2009.

Soy un escritor enciclopédico, me gustan las series y las descripciones, pero, sin embargo, me interesa intercalar chistes entre líneas, porque solamente listas es muy aburrido: hay que saber disfrutar», expresó el autor.

Y explicó: «tengo enorme energía, como Walt Whitman, para abrazar todo y salir, ver y buscar; me gusta ser creativo y algo irresponsable también: eso es el novelista ingenuo. Se puede ser juguetón e infantil de forma calculada, dejarse llevar por la fuerza de la historia, avanzar, confiar en uno, navegar como un marinero por la historia. Eso es la ingenuidad, y es lo que todos los escritores deberían tener».

«Hay dos tipos de novelistas: uno tiene que ver con la forma ingenua de pensar la historia, no preocuparse mucho por el poder de las palabras, estar seguro de ellas; y el otro, el que especula, que trata de saber si las palabras sirven para algo, que piensa la función de la literatura: esas cosas quitan naturalidad a la ingenuidad de la creación», indicó el autor de «Nieve».

Para Pamuk, «las novelas deben tener un centro, un meollo secreto, misterioso, que a medida que lo leemos debemos develarlo. Lo que hace que las novelas sean interesantes es que sabemos que los escritores tienen un significado más profundo de la vida, algo trascendental, que si bien no fluye libremente, la composición en su total lo sugiere».

«Esas son las novelas que me gustan, donde uno lee para saber qué pasa, para encontrar al asesino, o para tener un idea del significado mismo de la vida; no sólo se trata de circunstancias o tramas; por ejemplo, uno lee «Ana Karenina» (1877) y sabe que la protagonista está preocupada por su marido, por su novio, por lo que sea, pero hay una implicancia mucho más profunda: ¿Qué es la vida?, ¿Por qué estamos aquí?, ¿Qué sucede?.

El novelista, que tiene como máximos referentes a León Tolstoi, Fedor Dostoievski, Marcel Proust y Thomas Mann, y que también reconoce como sus «héroes» a Jorge Luis Borges, Ítalo Calvino y Vladimir Nabokov, así como a William Faulkner y Gabriel García Márquez, bromeó acerca de su libro «La vida nueva», definiéndolo como «un libro oscuro, si no quieren torturarse, no lo compren».

Traducido a más de 40 idiomas, Pamuk (Estambul, Turquía, 1952) es autor de las novelas «La casa del silencio» (1983); «El astrologo y el sultán» (1985); «El castillo blanco» (1985); «El libro negro» (1990); «La vida nueva» (1995); «Me llamo Rojo» (1998); «Nieve» (2001) y «El museo de la inocencia» (2008); la memoria «Estambul. Ciudad y recuerdos» (2005); y los ensayos «Otros colores» (1999); «La maleta de mi padre» (2007) y el reciente, «El novelista ingenuo y el sentimental» (2011).

Sobre «El castillo blanco» (1985) -celebrado por John Updike-, dijo que «uno escribe, luego la novela toma su propio ritmo lúdico». «Nieve» la consideró su primera y última novela política, donde refleja, a su manera, parte de su vida en la ciudad de Kars. «Estambul. Ciudad y recuerdos», tiene que ver con una
forma de melancolía que viene de su infancia.

Pamuk volvió sobre «Anna Karenina» para decir que es «una de las novelas perfectas: la conozco muy bien y la enseño en la universidad; cada vez que la releo es como sentir una experiencia de vida».

«La novela es una forma de organizar los eventos de forma tal que el lector los sienta y los explore -expresó el escritor-. La literatura es sobre todo y cualquiera puede hacerla. Creo en la literatura como algo sencillo, una sintonía fina de los detalles para encontrar el significado profundo»

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