La medida fue solicitada por Leticia Amato, hermana del joven asesinada. La nota al Consejo Superior fue acompañada por el texto «José Santiago Amato: Crónica de un estudiante». José Santiago fue alumno de Medicina Veterinaria de la UNRC entre los años 1973 y 1975.
El 13 de diciembre de 2011 ingresó a la Sesión del Consejo Superior una carta de Leticia Amato dirigida al Rector de la UNRC, Prof. Marcelo Ruiz. En ella solicita que los restos de su hermano, José Santiago Amato, ex alumno de esta universidad y asesinado durante la última dictardura militar, descansen en el campus de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) hasta tanto la Justicia haga lugar al pedido de que sus restos sean cremados.
La nota de Leticia fue acompañada por el texto «José Santiago Amato: Crónica de un estudiante», escrito por un amigo y compañero de militancia de José, Juan Muzzolón.
José Santiago fue estudiante de Medicina Veterinaria de la UNRC entre los años 1973 y 1975, comprometiéndose activamente en el proceso popular de la época y a favor de la organización de los estudiantes. El estudiantado y la Universidad habían actuado en defensa de la institucionalidad democrática, en ocasión del alzamiento que destituyó a Obregón Cano, quien fuera Gobernador de Córdoba.
Se inicia entonces una etapa de persecución a los estudiantes y militantes comprometidos con el sostenimiento de la democracia, y se hizo más intensa a mediados del año 1975 con los allanamientos que en virtud del Estado de Sitio dejan como saldo los primeros Presos Políticos de la ciudad de Río Cuarto. En ese momento José Santiago emprende la ida de la ciudad, viaje que termina en su desaparición y muerte.
José Santiago, cariñosamente apodado Pocho, es asesinado y su cuerpo apareció junto a los de otros 7 militantes en una esquina de Munro, siendo enterrados en una fosa común en el cementerio de Vicente López. Como nos relata Leticia, sus restos fueron identificados inicialmente en el año 1984, pero recién ahora tienen confirmación definitiva de la identidad a partir de los estudios de ADN realizados por el Equipo de Antropología Forense y es así como el 20 de octubre una Resolución Judicial establece que finalmente la familia podrá tener posesión de sus restos.
Leticia nos dice que su «hermano tuvo un profundo cariño por esta Universidad, y siempre la sentía junto al pueblo como una instancia liberadora. Por esta razón sería un orgullo y un honor que sus restos pudiesen descansar en este predio…».
En la sesión del Consejo Superior, la nota de Leticia y el texto de Juan fueron leídos por Silvina Berti y Guillermo Ashworth, representantes de la universidad en la Comisión Municipal por la Memoria. También habló Alberto Levi, representante de ex-Presos Políticos y estuvieron presentes integrantes de Hij@s-Río Cuarto, todos miembros también de dicha comisión.
El Consejo Superior de la Universidad Nacional de Río Cuarto decidió aceptar de manera unánime el pedido de Leticia. Para el Consejo Superior esta decisión implica:
– Acompañar humanitariamente, desde el abrazo, el pedido de la familia de José Santiago, en un compromiso afectivo con ellas/los.
– Hacer visible en la persona de Juan a todos los «desaparecidos» y muertos por la dictadura militar Argentina. La figura perversa del desaparecido fue la creación del horror de la dictadura. Volver a nombrar a José y en él todos los asesinados es continuar con la tarea de las organizaciones de derechos humanos de poner palabra donde existía el hueco del horror, para que en esa palabra construyamos un nuevo registro colectivo del Nunca Más.
– Comprometerse ética y políticamente con la Memoria y la Justicia, el cual es un acto educativo, en una institución cuyo fin es educar. La Universidad sigue comprometida en la tarea de enseñar que no puede haber muerte e impunidad del terrorismo de estado ejercido contra cualquier persona ni de Argentina ni de ningún pueblo del mundo.
– Hacer explícita la decisión de visibilizar las huellas materiales y simbólicas que la dictadura militar dejó en nuestra ciudad y en nuestra Universidad Nacional de Río Cuarto.
De esta manera, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Río Cuarto decide hacer lugar al pedido de cuidado de los restos de José Santiago. Es un compromiso de la Universidad con él, quien cuidando la democracia en nuestra Universidad le arrebataron su vida.