El avión de la compañía española Iberia llegó a la pista 3R del aeropuerto internacional de Tocumen, Panamá, a las 17.10 horas de Guatemala.
Según informes de periodistas que viajan en el avión, citados por la televisión local, Noriega, quien vestía una camisa negra, tuvo que ser examinado por médicos presuntamente porque le enfermó la impresión que le causó llegar a Panamá.
Noriega gobernó de facto desde 1983 y fue derrocado el 20 de diciembre de 1989 en una cruenta invasión de Estados Unidos, país al que sirvió por años como agente de la CIA.
El exdictador cumplió 20 años de prisión en Miami, EE. UU. por narcotráfico, y casi dos en París, Francia, por lavado de dinero.
Fue condenado en ausencia en Panamá a 60 años por desaparición y asesinato de opositores.
“Va a ir a la cárcel como cualquier persona convicta y sin ningún privilegio (…) Debe pagar por todas las penas, todo el daño, todo el horror, todo el oprobio, toda la muerte”, dijo el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli.
No obstante, el mandatario reiteró que Noriega podría beneficiarse de una ley que permite a los reclusos mayores de 70 años pedir prisión domiciliaria.
Una celda gris de 12 metros cuadrados, con dos ventanas, una puerta, una cama, un baño y una mesa, lo espera en la prisión, según fotos que divulgó el Gobierno.
El traslado de Noriega a la prisión fue un misterio. Inicialmente a la cárcel El Renacer llegó una primera camioneta de la que bajaron a una persona tapada con un abrigo y la ayudaron a subir a una silla de ruedas para ingresar a la prisión. Media hora después, llegó una caravana de vehículos al penal, creando incertidumbre.
La ministra de Gobierno, Roxana Méndez, dijo después que, según entendía, Noriega fue ingresado con la segunda caravana. El regreso del exdictador genera expectativas por posibles secretos que podría revelar.