Cerca de 20 niños habrían sido abusados sexualmente por adultos y adolescentes que viven en el hogar. Golpes y maltratos serían moneda corriente. Hay tres detenidos
Una de las instituciones más valoradas de la provincia de Córdoba, la Casa del Niño fundada en la ciudad de Unquillo por el padre Héctor Aguilera, atraviesa el peor y más controvertido momento desde su fundación, en 1970.
La grave situación fue dada a conocer por el diario La Voz del Interior, en la edición de este domingo.
Según el periódico, en los últimos meses, el Poder Judicial de la Provincia no sólo ha comprobado mediante controles médicos que numerosos niños alojados en el hogar fueron abusados sexualmente por adultos y adolescentes con los que conviven. Además, quedaron expuestas graves falencias de organización interna que –según las informaciones recogidas por este diario de distintas fuentes y reparticiones– naturalizaron las violaciones y las agresiones físicas hacia los niños, a quienes durante toda su estadía se les obstaculizó la relación con sus familias de origen.
Todos los testimonios coinciden en que esta situación no comenzó luego de la muerte del fundador del hogar, el 29 de agosto de 2009 en un hospital de Roma, sino que ya se venía produciendo mientras la institución era administrada por el padre Aguilera.
De todos modos, no hay prueba alguna de que el sacerdote hubiera estado al tanto de los hechos.
El tema ya es motivo de análisis en los más altos niveles del Gobierno provincial. Hace menos de 10 días, se realizó una reunión reservada en el Arzobispado, con la participación del obispo Carlos Ñáñez, del ministro de Justicia, Luis Angulo, y de la titular de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), Raquel Krawchik. El tema principal fue la situación de la Casa del Niño.
Las pericias médicas forenses acompañadas por testimonios tomados por profesionales en cámara Gesell ya obtuvieron pruebas de abuso contra siete niños y un adulto del hogar.
Los chicos abusados son de ambos sexos, tenían entre 4 y 16 años en el momento de los hechos y uno de ellos tiene retraso mental, lo mismo que el adulto.
Otros tres niños que ya contaron que fueron abusados esperan las pericias.
Los padres de otros niños que habrían sido violados prefirieron no hacer la denuncia del hecho y esos pequeños siguen viviendo junto a sus supuestos abusadores.
Un número indeterminado, que se calcula en más de 10 niños, algunos de ellos con discapacidades e incapaces de verbalizar lo vivido, habría sufrido también el mismo delito.
La repetición de los abusos y la existencia de no uno sino varios acusados de abusar a menores tuvieron la consecuencia de exponer a la luz una serie de hechos incomprensibles.
La Casa del Niño es, en realidad, un conjunto de muchas casas. Siete están en su predio principal de Unquillo y otras más se encuentran en las cercanías y también en Río Ceballos y Cuesta Blanca.
Aguilera puso a cargo de cada una de esas casas a una mujer, y a todas ellas las hizo llamar “mamás”. Son mujeres que llegaron al hogar con sus hijos, pidiendo refugio por falta de casa, de trabajo, por violencia familiar u otras difíciles situaciones particulares.
El sacerdote puso a cada “mamá” a cargo del cuidado de un grupo de niños, además de los propios, aunque –según las opiniones profesionales– ninguna de ellas tenía capacitación adecuada para hacerse cargo de llevar un hogar con niños que también venían de atravesar abandonos, violencias o abusos en sus propias familias.
Algunas “mamás” llevan más de 20 años viviendo ahí. Cada casa tiene entre 10 y 16 niños y mezcla mujeres con varones, niños con adolescentes y también niños, adolescentes o adultos con discapacidades físicas o mentales. Hasta hay casos de niños alojados en una casa de personas mayores con patologías psiquiátricas.
Uno de los aspectos más controvertidos es que separa a los hermanos, ya que varios de ellos viven en casas distintas, y que no se propiciaría el acercamiento de los niños con sus familias de origen.