SOBRE LLOVIDO MOJADO

0
Compartir

Una familia que vive en condiciones de notable precariedad en una casilla sobre el «Andino» debió padecer el robo de las pocas pertenencias en su poder.La mujer y su pequeña hija discapacitada desde hace varios meses recurren a la caridad para poder vivir en una deteriorada casilla que está a pocos metros de las vías del tren.
María Isabel Pereyra tiene un trabajo que le permite obtener lo justo y necesario para la comida de todos los días, sin embargo cuando se ingresa a su vivienda se percibe rápidamente las múltiples necesidades que debe padecer junto a su hija.
El pasado fin de semana se encontró además con la desgraciada sorpresa de que le habían robado lo poco que tenía. Una postal dolorosa que muestra la increíble imagen de un pobre robándole a otro.
«Ahora me falta una cocina, una cama de dos plazas para dormir con la criatura, un calentador para alumbrar durante la noche, algo de ropa y zapatillas para mi hija», señala María Isabel. Tratando de contener la emoción y el dolor que la aqueja, la mujer manifestó además que: «No tengo familia ni nadie que me ayude. Mi trabajo consiste en cuidad vehículos y conseguir algunas monedas, pero solo obtengo 5 pesos. Vengo a las 2 o 3 de la mañana y mi hija se queda sola».

Commentarios

commentarios

Compartir