EL PEOR DELITO

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La violación de una menor por parte de un albañil que trabajaba en su casa despertó la polémica. La Doctora Matilde Glineur dijo que los casos resultan sumamente traumáticos y muy difíciles de probar.La denuncia por el abuso sexual a una pequeña de apenas 10 años muestra la realidad de una dramática situación que implica a víctimas sin defensas y un proceso traumático que muchas veces no puede ser comprobado.
La Doctora Glineur señaló que la mayoría de los pedíatras de nuestra ciudad han tenido que enfrentar la difícil situación de asistir a un menor que han sido vejado sexualmente o finalmente violados.
«El menor que padece esto ve cambiar radicalmente su vida. El niño no entiende porque le pasa esta situación y se siente agraviado y humillado», destacó la médica. Glineur manifestó además que estos hechos hoy pueden debatirse en un marco de mejor diálogo y no caer en el «tortuoso silencio con el que antes se trataban estos temas».
«Además de haber sufrido la vejación el niño es llevado a su pediatra de confianza que lo revisa en su zona genital. Si nosotros comprobamos el problema hacemos la denuncia en la justicia. El niño es luego sometido a otra revisación por el médico policial. El niño, entonces, debe padecer una situación totalmente traumática. Un niño a los 9 o 10 años no entiende nada del sometimiento que padece».
La pediatra señaló también que salvo un caso de violación es muy difícil comprobar el hecho. Una vejación deja secuelas anímicas y mentales pero es poco probable que implique señales físicas.

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