Por Con derecho a roce – Yahoo
No malgastes oxígeno! En el amor, hay temas que no merece la pena tocar. Kate Taylor, experta en relaciones de pareja (match.com) revela cuáles son los errores que no debes cometer y lo que nunca debes decir en voz alta.
1. «¿Recibiste mi mensaje?»
Él responde sorprendido: «¿Cuál?» Respuesta equivocada. Cualquiera que sepa algo sobre el amor y la vida reconoce inmediatamente esta pregunta. Lo que realmente estás preguntando es: «¿Me amas? ¿Por qué no respondes a mis mensajes? Antes lo hacías, solías bombardearme con textos durante todo el día. Pero últimamente estás demasiado ocupado con sus amigos ‘virtuales’ y tu nuevo iPad como para molestarte en contestarme o preocuparte por mis sentimientos. Bueno, tal vez voy a dejar de enviarte mensajes». A menudo, lo que tu pareja realmente quiere oír es: «Te quiero», y escuchar más a menudo el aviso de que ha recibido un nuevo mensaje de texto.
2. «¿Te ha gustado?»
Vamos, ¿qué va a decir? Ahí tendido, aún recuperando el aliento, estás loca si crees que tu pareja alguna vez te va a dar un verdadero análisis post-partido: «Los primeros cinco minutos fueron una delicia, pero en la segunda mitad la cosa estuvo más floja. Me esperaba algo mejor, lo reconozco, sobre todo después de su reciente triunfo la semana pasada». Le preguntas porque te sientes insegura, pero puedes tratar de conseguir la información de una manera diferente, felicitándole por su rendimiento, aunque si él solo dice, «gracias», te sentirás peor. Lo mejor que puedes hacer es callar y pensar que para él también ha sido increíble y que no dice nada porque se ha quedado sin fuerzas.
3. «¿Vamos a medias?»
Esto nunca termina bien. Si la pregunta la hace una mujer, significa, «¿Todavía me amas? Hablar es barato, te necesito para decirlo con su tarjeta Visa». Si pregunta un hombre, suena como; «Wow, estás ganando peso. No pienso seguir subvencionando esas caderas». Si aún no habéis llegado a un acuerdo satisfactorio sobre las finanzas, no es el momento de sacarlo a relucir (sobre todo si la camarera ha retirado los cuchillos afilados, pero las copas de vino todavía están en la mesa), pero trata de abordar el tema en el futuro. La mayoría de las parejas que se turnan para pagar descubren que es mejor que ir a medias cada vez que salen. Si tenéis que apretaros el cinturón, cambia el chip y proponle un día de campo con un picnic que incluya sus alimentos favoritos, o alquila esa peli que se muere por ver y prepara palomitas en el micro.
4. «¿Conoces a esa chica?»
Si es que sí, y realmente ha pasado los últimos cinco minutos mirándola boquiabierto como si no existieras, vas a tener que tragarte tu orgullo (y tu dolor). Pero como no podrás contenerte, le montarás un numerito de aquí te espero para que nunca vuelva a faltarte al respeto y arruinarás la noche.
La única manera de mantener tu ventaja ante una reacción tan descarada es mantener el autocontrol y no perder la dignidad. Si no estás conforme con tu cuerpo y te sientes insegura ante cualquier chica mona que se le cruza por delante, empieza a cuidarte, haz ejercicio, revisa tu armario…
Si eres el destinatario de la pregunta, solo puede haber una respuesta: «¿Cuál, esa tan fea?», y si aún estás entero no vuelvas a cometer el mismo error de nuevo y mantén tus ojos en tu propio premio, la chica con la que estás.
5. «¿Adónde va esto?»
¡Ah, ahí está! La sentencia de muerte. El golpe en la puerta de los cuatro jinetes de la apocalipsis… o de los hombres de la mudanza que tu pareja ha contratado en caso de que la respuesta no implique caer en una rodilla. Es el premio gordo. La pregunta más odiada. Esta cuestión implica que no hay comunicación en la pareja -el futuro, como un tema de conversación debe venir de forma natural a medida que se estrecha la relación, pero no de manera artificial-. Y se dice que en cierto momento, el tic-tac del reloj no cesa, y el matrimonio, los bebés, el para siempre, es más importante que la persona con la que se está. Como si ella pensara: «Vamos, si no estás en mi onda, si no te vas a declarar en un tiempo prudencial, ¡estás haciendo que pierda el tiempo!».
Sería mejor que hicieras preguntas que te ayuden a saber si estás con la persona con la que te gustaría pasar el resto de tu vida. ¿Cuáles son sus prioridades? ¿Sus aficiones? ¿Cómo se lleva con su familia? ¿Y su religión o sus opiniones políticas? ¿Le gusta viajar? ¿Adora a los niños? ¿Cuáles son sus planes de jubilación? ¿Va a ver a un médico por sus ronquidos? Esas son preguntas mucho más importantes