Roberto Álvarez se enfermó de neumonía en medio del colapso sanitario. Aunque no tiene comorbilidades y dio negativo tres veces para COVID, pasó una semana en el hospital local con saturación del 70 por ciento, sin lograr una vacante en terapia intensiva. Su hija Natalia, desesperada por la situación, se encadenó en la puerta del nosocomio e inició un reclamo judicial. Logró la cama de alta complejidad, aunque tardó tanto que su papá ahora tiene una falla multiorgánica y sólo queda esperar un milagro. Nos ponemos en contacto con Natalia Álvarez para conocer más detalles sobre esta situación desesperante. Mira la nota completa.