El hombre miraba vinos en el Supermercado, caminaba lento, disfrutaba hacerlo, sabía de varietales, de cosechas, de años, de marcas. Estaba concentrado, leía la etiqueta, detenido en un cabernet sauvignon del 2006, cuando una voz de mujer lo interrumpió. Tras escucharla, de saber quién era la destinataria del regalo, era una dama, sugirió un Sant Juli Rosse, un vino dulzón, sin estacionamiento, digno de acompañar postres en el invierno que se avecinaba. Ella se dejó guiar.
Una semana después, el hombre y la mujer se reencontraron en la perfumería donde nace el Pasaje Dalmasso. Ella escuchó la descripción que hizo el hombre sobre el amigo, cumplía años, era libre, deportista, seductor noctámbulo y callejero, entonces propuso un Seduction in black de Banderas. Él se dejó guiar.
Un mes más tarde el hombre y la mujer compartieron la mesa en el café del alfajor. Ella habló de pinturas, él de teatro, ella de literatura, él de cocina. Tras un buen rato, se retiraron juntos, la vida los llevó, ellos se dejaron guiar…
r.l.