El inicio del escrutinio de las elecciones presidenciales en Estados Unidos aún tiene final abierto. Los candidatos pelean voto a voto el resultado de los comicios tras una jornada electoral con participación récord.
En horas de la medianoche Argetina, el actual Presidente republicano y su opositor demócrata se repartían victorias anticipadas en los distritos que históricamente fueron bastiones de esos partidos, aunque aún sin definiciones respecto de los estados bisagra o “swing states” que resultan decisivos para el triunfo electoral.
Por ahora, ninguno de los estados considerados clave para llegar a la Casa Blanca tenía un ganador claro. Donald Trump sumaba 94 electores, mientras que Biden alcanzaba 122, ambas cifras muy lejanas de los 270 que necesitan para ganar la Presidencia en el Colegio Electoral.
Tras un escrutinio rápido que se ralentizó al alcanzar el 90% de los votos, el presidente aventajaba por 2,4 puntos porcentuales al candidato opositor, un resultado parcial que reactivó el optimismo en la campaña oficialista.
La sorpresa fue el estado tradicionalmente republicano Texas, aunque venía siendo pronosticada por los sondeos hace semanas.
Con el 64% escrutado, Biden y Trump mantenían un empate técnico, un resultado extremadamente inusual que los analistas atribuían al voto anticipado récord, que en el estado sureño superó el 100% de la participación total de 2016 en ese distrito.
Biden, de 77 años, llegó a las elecciones en mejor posición que Trump, ya que tiene muchas más combinaciones posibles de estados que ganar que le permitirían llegar a los 270 votos en el Colegio Electoral, incluso sin Florida, mientras que el republicano, de 74 años, parecía tener en las encuestas un camino más estrecho, aunque no imposible, hacia su reelección.
Participación récord y voto anticipado
Debido a la pandemia, la votación anticipada se convirtió en un elemento central de esta elección, no solo en Texas.
Los votantes que hoy sufragaron en persona se sumaron a 102 millones de estadounidenses que votaron por anticipado en las últimas semanas, un asombroso número récord que representa el 73% de la participación total de las elecciones presidenciales de 2016 y que refleja los temores al coronavirus.