Las frutas y verduras no paran de aumentar, y en la ciudad de Río Cuarto, el tomate llega a pagarse hasta $300 pesos el kilogramo. Sim embargo, el índice de precios que elabora de manera mensual la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) señala que la diferencia entre lo que recibe el productor y lo que paga el consumidor, llega a multiplicarse, en promedio, por cinco veces, e incluso, en algunas verduras como la zanahorias, hasta 12 veces:
«La mayoría de los insumos vienen de afuera, y se produce menos porque están cada vez más caros y se cotizan en dólares», expresa Palmira Ordóñez de Rueda, productora frutihortícola del cinturón verde de Río Cuarto y señala que también inciden los costos que implementan los verduleros a la mercadería, que incluyen el traslado y el alquiler de los locales.
Un aspecto particular que destaca la productora, es que, con anterioridad, las semillas se vendían por kilo o por bolsa, y ahora acceden a las mismas a través de unidad, lo que eleva de forma considerable los costos, que además, están dolarizados.
Otro de los factores que se señala Rueda, es la inestabilidad económica, que obliga a los verduleros a cobrar un poco más caro «por las dudas» ya que un producto puede aumentar repentinamente de un día a otro.
Según expresa la productora local, el tomate, requiere un trabajo más delicado, y los costos de producción son mayores, por lo que es difícil trabajarlo en nuestra zona, sumado a que las condiciones climáticas no acompañan.