«Parece que es un sueño, realmente es un golpe muy grande, para toda la comunidad sacerdotal, para toda la diósesis, un hombre muy querido, trabajador y dedicado, pero hay que mirar las cosas con espíritu de fe y hacia adelante, sabiendo que Dios hace las cosas de acuerdo a un plan que desconocemos», expresa el Monseñor Adolfo Uriona, obispo de la diócesis de Río Cuarto tras el asesinato de Jorge «Coqui» Vaudagna (58), sacerdote de la localidad de Vicuña Mackenna.