«Esperamos que con la cancelación en las reuniones en las casas, la gente salga a los restaurantes», dice esperanzada una trabajadora del rubro.
Lo cierto es que los establecimientos gastronómicos se ven afectados no solo por la falta de concurrencia por parte de los mismos habitantes de Río Cuarto, sino también con los ciudadanos de otras localidades de la región. Además, aseguran que el horario de comercio de corrido no es muy beneficioso, ya que por la siesta no hay mucha circulación y después de las 18hs, cuando cierran los negocios, el movimiento disminuye.
«La baja es del 50%», advierten con preocupación y sostienen que mayoritariamente los clientes van a tomar un café y no a cenar o almorzar.