El revuelo causado el fin de semana por un posible caso de coronavirus en la ciudad de Río Cuarto expuso nuevamente las dificultades en los canales de comunicación entre los laboratorios, las autoridades sanitarias y la prensa. Esta situación pone en debate la falta de resguardo y confidencialidad de los datos de las personas sospechosas o confirmadas de padecer coronavirus que, en una primera instancia, son registrados por organismos estatales.
“Es evidente que hubo una filtración de datos que llegaron a la prensa, por eso todos tenemos que ser muy cuidadosos en el manejo de la información, tanto los funcionarios como los medios de comunicación”, expresa el Dr. Lucas Stefanini, Médico infectólogo, asesor del COE.
Respecto al resultado de los test del paciente, Stefanini señala que “es probable que el paciente haya tenido coronavirus con una carga viral muy baja, y que, en el contexto de esas horas, entre un resultado y otro, haya bajado la carga viral, y dio negativo, pero desde el punto de vista epidemiológico, lo tomamos como positivo para el manejo del paciente y de sus contactos para evitar la posibilidad de brotes en la ciudad”.
“Nunca quisimos ocultar información, pero no sabíamos cuál era la verdad, nadie espero el resultado oficial, y empezaron a hablar cosas que no eran” expresó la esposa del ingeniero, ante la cantidad de datos personales que transcendieron y cuestiona a las autoridades sanitarias por el manejo de la información, “se expuso a toda la familia y no tuvieron ningún tipo de recaudo” señala.
Si bien la familia pasó un momento angustiante, ellos “en ningún momento dudaron que fuera negativo”, pero el incorrecto manejo de los datos alteró a su círculo familiar y su tranquilidad al tener que afrontar la estigmatización por un supuesto caso, que al final, fue negativo, “la gente habla y no sabe lo que puede causar” expresó la mujer.
