La triste noticia del fallecimiento de Ramona Medina, quien fuera vocera de “La Garganta Poderosa” en el Barrio 31 de la Ciudad de Buenos Aires, y el fallecimiento del coordinador del comedor “Estrella de Belén”, Víctor Giracoy, en ese mismo barrio, puso en las tapas la lamentable situación que viven desde años barrios carenciados de la provincia de Buenos Aires y el abandono del Estado a esas familias que hoy se encuentran, aún más vulnerables, antes los efectos de nuevo virus Covid – 19.
Ambos dirigentes barriales eran muy queridos, los dos fallecieron producto del coronavirus, pero también, por culpa del abandono.
Ramona había sido protagonista durante los últimos días tras visibilizar, en diferentes medios, la ausencia de respuesta a su reclamo por la falta de agua en el barrio 31, situación crítica que ponía en riesgo la vida de todos sus vecinos al no poder higienizarse correctamente para evitar contagios por coronavirus.
El fallecimiento de estos dirigentes pone en cuestionamiento la situación de los barrios carenciados en diferentes urbes y nuestra ciudad no queda lejos de este debate. Para acércanos a la realidad que viven estas familias nos conectamos con Lorena Toledo, Coordinadora del Comedor Ilusiones en el barrio Cola de Pato, quien describe la situación de los vecinos de la zona y señala que, en el marco de la pandemia, “No hemos podido aplicar una cuarentena de forma total o estricta, más bien, lo que se ha hecho es cerrar el barrio”, esto se debe a que muchas familias numerosas comparten una casa sin suficiente espacio para aguardarlos a todos duran una jornada completa, lo que complejiza la aplicación del aislamiento.
Respecto al acceso de agua potable, Toledo resalta que existen sectores del barrio “donde el agua llega cada dos días” y que incluso su propio comedor suele tener este problema. “La falta de agua es un atenuante en esta situación y puede traer consecuencias muy graves, incluso tenemos algunas familias que están hace 2 o 3 días sin agua a partir de las 8 de la mañana, este reclamo se hace desde antes de la cuarentena y no hemos tenido respuesta” expresa la coordinadora del Comedor Ilusiones, que a su vez retrata el difícil momento económico que transitan algunas familias que no reciben ninguna ayuda económica por parte del Estado y que hoy no pueden salir a trabajar. “Si bien, el 80% de las familias del barrio reciben alguna ayuda, existen aproximadamente 25 familias que no le les llega, y tratamos de apoyarlos con bolsones de comida y elementos de higiene” expresa Toledo, que además destaca la colaboración de los vecinos y el municipio con la comunidad, pero no encuentra respuestas para su reclamo sobre el agua potable, que como expresa, es un pedido que hacen desde mucho antes de declararse la cuarentena.
