El Gobierno oficializó la reposición del denominado «barril criollo» de petróleo en 45 dólares para intentar apuntalar la producción local mientras los precios internacionales del crudo se ubican entre 32 y 35 dólares.
Con respecto a este anuncio, YPF justificó esta medida y expreso que “sin barril criollo la Argentina quedaría al borde del apagón hidrocarburifero, lo importante es lograr mantener la capacidad productiva de energía como forma de garantizar un precio competitivo para la economía nacional y evitar la importación”
En el caso de los gobernadores de las provincias petroleras, asumen esta medida como positiva, ya que, según un informe de la consultora AIRINUM, estimó que el periodo de mayo a diciembre, el ingreso en regalías será de 16.340 millones de pesos, concentrados en las provincias de Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Mendoza
Pero, ¿Quiénes son más los perjudicados con esta medida?
El sector agroganadero y las industrias terminan pagando más caro el acceso a los combustibles en comparación con las tarifas del resto de los países, lo que incrementa los costos de producción, y posteriormente, incide en los precios de los alimentos y servicios.
Además, las empresas productoras de biocombustible continúan desamparadas ante esta situación y piden “acciones que protejan al secor”, que desde diciembre se encuentra paralizado.
Pero la desventaja más arbitraria la sentimos todos los consumidores, que ante esta medida nos encontramos subsidiando el valor arbitrario del barril para sostener las ganancias de las petroleras, dado que, cada vez que se carga nafta se subsidia con 17 pesos el litro para poder equiparar la diferencia entre el barril criollo, de 45 dólares, y el Brent, que se encuentra alrededor de los 30 dólares. A esto se le suma que, dicho subsidio, no es igual para todos, ya que no se reparte de manera simétrica para las distintas provincias del país, y que, de aumentar el precio del barril Brent por encima de los 45 dólares por 10 días consecutivos, la medida se pondrá en consideración para ser modificada en pos de favorecer a las petroleras.
DETALLES DEL DECRETO
-Barril criollo a 45 dólares: El subsidio del consumidor a las petroleras y la discriminación a productoras de bioetanol
-Precio establecido de 45 dólares el barril y prohíbe la importación de aquellos productos que estén disponibles en el mercado interno. La medida estará vigente hasta el 31 de diciembre
– Este precio podrá ser revisado trimestralmente y quedará desactivado cuando el valor del Brent supere los u$s45 durante 10 días consecutivos
– Las empresas productoras deberán sostener los niveles de inversión y de producción del 2019, los contratos vigentes con las empresas de servicios regionales y mantener las plantas de trabajadores.
– La Secretaría de Energía controlará que las empresas productoras cumplan con el Plan Anual de Inversiones comprometido y, eventualmente, impondrá las sanciones y multas correspondientes.
– Disminución de los derechos de exportación (retenciones) para las naftas y el gasoil que habían sido establecidos por la Ley de Solidaridad
– El Gobierno se comprometió a no aumentar el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) hasta el primero de octubre. Pero no se congelaron los precios en los surtidores.
– Las diez provincias integrantes de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI) percibirán sus regalías liquidadas en base al precio fijado por esta norma.
– Se refuerza los controles de precios máximos para la venta de garrafas de GLP (Programa Hogar), para lo cual se solicitará asistencia a los intendentes e intendentas del país.
– El decreto actualiza las multas previstas en la Ley de Hidrocarburos, que permanecían fijas desde 1994