Debido a las medidas de distanciamiento social que se han recomendado y exigido desde el Gobierno Nacional, ha disminuido notablemente la circulación de gente en las calles y la interacción recreativa. Esto preocupa a los comerciantes de bares y restaurantes que si bien, pueden mantener su local abierto, por temor y recomendación, los consumidores no asisten y ya calculan una caída del 80% en sus ventas.