Jorge Fernández viajaba por el país en busca de un lugar que le pudiera ofrecer afecto y comprensión a pesar de padecer esquizofrenia pacífica.
Había llegado a la ciudad durante la época de las fiestas y vivía debajo de las tribunas de la cancha de Atenas con un cartón y pocas pertenencias. Con emoción y valentía, Jorge expresa que encontró un lugar en Río Cuarto y que los vecinos lo están ayudando mucho al darle trabajo y un lugar donde vivir.