Una gran cantidad de fieles acompañaron a la Virgen de la Concepción, en lo que fue la procesión desde la Catedral hasta plaza San Martín, donde posteriormente el obispo Adolfo Uriona presidió la misa principal.
En la ceremonia, el obispo pidió por la paz, y le dijo a los fieles, «que dejen entrar a Dios en sus hogares».
En diálogo con Telediario algunos presentes manifestaron la necesidad de creer en Dios y la Virgen. Además aprovecharon la ocasión para pedir por la paz mundial y un mejor pasar para las personas más vulneradas.