Nació hace 25 años en La Cautiva, localidad de menos de mil habitantes. Desde pequeño se destacó jugando a la pelota, aunque, no era lo que más le gustaba. Le agradaban más las cosas del campo, andar correteando atrás de su papá o de sus hermanos mayores.
«Nunca pensé que fuera a jugar al fútbol. Mi familia son todos gauchos, se dedican a los caballos, a las domadas. Y mí también me gustó siempre eso. Me encanta el campo. Es más, cuando me iban a buscar para jugar a la pelota, a veces, me escondía debajo de la cama para no ir», contó hace un tiempo Maxi Comba.
Después de muchas idas y vueltas con el fútbol, dio sus primeros pasos en Estudiantes de General del Valle, luego se fue a San Martín de Vicuña Mackenna y allí jugó hasta los 15 años.
Después de un parate, volvió al conjunto de Mackenna y como le iba bien, lo fue a buscar Recreativo de Jovita, donde salió campeón. Posteriormente retornó a San Martín para jugar en el Federal C. Siempre destacándose, salió campeón de la Liga de Río Cuarto con dicho equipo y aparecieron las primeras ofertas de equipos que jugaban en el Federal B.
Así fue que en su camino se cruzó Estudiantes de Río Cuarto. Con el ‘Celeste’ llegó a ser figura en distintos momentos. Luego del ascenso al Federal A, varios equipos, cada vez más importantes, ponían los ojos en el volante ofensivo del ‘León’.
Finalmente, en agosto de 2018, fue Gimnasia y Esgrima de La Plata que se terminó quedando con el ‘Chin’. Y cabe recordar que a mitad de este año, el ‘Lobo’ adquirió el 50% del pase del jugador por una cifra cercana a los 10 millones de pesos.
Nacido en 1994, el año en el que Diego Armando Maradona disputó su último mundial como jugador, hoy el ‘Chin’ forma parte de la revolución que atraviesa toda la ciudad de La Plata con la llegada del ’10’ como entrenador.
Disfrutando y seguramente admirando la figura del ídolo, caminando literalmente a su lado en el Bosque platense y quizá con la ansiedad lógica de saber cuál será la primera indicación que reciba, Maximiliano Comba vive un sueño futbolero hecho realidad. ¿O a quién no le gustaría ser dirigido por el mejor jugador del siglo XX y uno de los más grandes de la historia?