La situación de las empresas de biocombustibles se agravó en las últimas semanas, luego de los últimos cambios macroeconómicos post PASO, como la suba del dólar y el congelamiento del precio de los combustibles. «Nuestro sector emplea a unas 2 mil personas, entre puestos de trabajo directos e indirectos que hoy están en peligro», expresan.
A esto se sumó que, pese a que anunció un aumento, el Gobierno cambió la fórmula para calcular el precio del biodiesel, y sumó un subsidio para frenar reclamos.
A través de un comunicado de la industria etanolera de maíz, la cual está concentrada fundamentalmente en Córdoba, las empresas aseguran que se encuentran «en un momento de extrema fragilidad por una sumatoria de variables y decisiones que mutilaron nuestro vigoroso crecimiento en el interior productivo del país, y que había nacido bajo la anhelada fórmula de agregar valor a la materia prima en origen». «Hoy, ese desarrollo está en serio riesgo si no hay una corrección inmediata», advierten.
En otro fragmento, sostienen que «desde el mes de febrero se desactivó un esquema que, aunque perfectible, permitía tener un horizonte de precios». «Desde ese momento, la Secretaría de Energía de la Nación dejó de lado una fórmula que reaccionaba a los cambios de las variables y arrojaba un valor final para el precio del etanol que era el que las petroleras debían pagar a la industria. Eso abrió un escenario de precios distorsionados y arbitrarios para las productoras de etanol mientras que comenzó a trasladar mayores beneficios a las petroleras», explican.
Además, insisten en que «el 80% de nuestros costos están atados a dólar y la mayor parte está dada por el precio de nuestra materia prima: el maíz. Sumado a eso, las empresas petroleras no trasladaron al precio que pagan por el etanol ninguna de las mejoras que recibieron por parte del Gobierno nacional, como los últimos incrementos que les fueron autorizados y que se reflejan en los surtidores».
«Los últimos cambios macroeconómicos de mediados de agosto, como la gran devaluación del 30% del peso y el congelamiento de los valores de los combustibles asestaron un duro golpe a las productoras de etanol de maíz que comenzaron a percibir apenas 0,40 dólar por cada litro de alcohol, el valor mínimo desde que inició en 2012 la producción de la primera planta. Para referenciar, hay un precio regional que sirve de indicador y es el FOB Santos, de Brasil, que actualmente se ubica en 49 centavos de dólar», afirman en el texto que difundieron.
Por último, manifiestan que por todo esto han decidido, «sin otras alternativas ya, insistir con un reclamo a las autoridades de la Secretaría de Energía para garantizar la continuidad de nuestro sector que tiene el potencial para retomar el camino del crecimiento y el desarrollo pero que para eso requiere de la decidida intervención de esa cartera, para evitar abusos de posición dominante de otros eslabones que perjudican seriamente la viabilidad de nuestras empresas, antes que el riesgo de quebranto que nos amenaza desde hace meses, se convierta en una realidad».