Brasil ha decretado estado de emergencia por los incendios forestales en la selva amazónica, los cuales tienen efectos sobre las enfermedades respiratorias e incluso el tránsito aéreo. Después de más de dieciséis días en llamas uno de los denominados pulmones de La Tierra, se movilizaron todos los efectivos disponibles para intentar aminorar un desastre medioambiental que parece irreversible.
Los incendios forestales que padece Brasil en lo que va de año no tienen precedentes desde que en 2013 se comenzó a monitorearlos desde el espacio. En estos momentos, el fuego también está siendo noticia en otros países como Bolivia, Paraguay y Perú.
El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE, por sus siglas en portugués) ha registrado en este 2019 un aumento en los fuegos de alrededor de un 83% en comparación con el mismo período de 2018.
“El clima seco, el viento y el calor hicieron que los incendios aumentaran considerablemente en todo el país. Los miembros de la brigada de ICMBIO e IBAMA, equipos y aviones están totalmente disponibles para los Estados y ya están en uso.”, señaló en su cuenta de Twitter Ricardo Salles, ministro de medioambiente brasileño.
Por su parte, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro, dijo que los que están detrás de los incendios son los ambientalistas que buscan “llamar la atención” contra su gobierno.
En tanto, Danicley Aguiar de Greenpeace Brasil declaró: «Aquellos que destruyen el Amazonas y dejan que la deforestación continúe incesantemente son motivados a hacerlo por las acciones y políticas del gobierno de Bolsonaro. Desde que tomó el poder, el actual gobierno ha desmantelado sistemáticamente la política ambiental de Brasil».
La Amazonia, la selva tropical más grande del mundo, es una reserva vital de carbono que ralentiza el ritmo del calentamiento global. En ella habitan un millón de personas pertenecientes a poblaciones indígenas, y alrededor de tres millones de especies de plantas y animales.