“Nosotros no podemos manejar los tiempos. Me parece comprensible la sospecha, pero no nos manejamos de esa forma», dijo el fiscal sobre los tiempos políticos de la medida.
«Las pruebas eran contundentes y había que actuar”. En esos términos ubica Enrique Senestrari, a cargo de la investigación, la detención preventiva del titular del Surrbac, Mauricio Saillén, y su segundo, Pascual Catrambone, por presunto lavado de dinero y administración fraudulenta de la obra social del gremio.
Pero el mayor dato es el vínculo del sindicato con el Frente de Todos, espacio político que puja por llegar a la presidencia y con aspiración de contar con diputados cordobeses en el próximo período.
En ese sentido, el fiscal federal confirmó que Franco Saillén, una de las caras visibles y hermano del secretario general, es uno de los nueve imputados.
El propio legislador, y aspirante en el quinto lugar a la Cámara Baja por la lista que encabeza Eduardo Fernández, había negado ser parte de la causa.
En diálogo con el programa Nada del otro mundo, de FM 102.3, descartó que haya cuestiones políticas: “Nosotros no podemos manejar los tiempos. Me parece comprensible la sospecha, pero no nos manejamos de esa forma. A veces se dan coincidencias. Pero cuando las pruebas se acumulan, y hay chances de detenciones y secuestros, uno tiene que actuar”.
Senestrari planteó la cuestión al revés, y adujo que “si uno no actúa porque hay un momento electoral, también se puede leer que se está protegiendo par ano manchar una elección”.
Su conclusión es que “actuamos en modo automático, bajo el control del juzgado (de Ricardo Bustos Fierro)” y “cuando armonizamos información y las pruebas lo justificaron”.
Adujo que va a esperar la declaración, tanto de Saillén como de Catrambone, para determinar si el riesgo procesal continúa, para postergar la detención.