Estados Unidos agiganta su leyenda en el fútbol femenino con su cuarto título en ocho ediciones disputadas en la historia de los mundiales. Las norteamericanas, con goles en el segundo tiempo de Megan Rapinoe de penal y de Rose Lavelle, derrotaron a Holanda por 2 a 0 en la final de este domingo.
Lyon se vistió de gala con las dos aficiones más coloridas del mundial, pero la igualdad en las tribunas no se trasladó al césped, con un equipo estadounidense netamente superior.
Ahora, resta saber si Donald Trump invitará a las futbolistas estadounidenses a la Casa Blanca, ya que la capitana Rapinoe, elegida mejor jugadora del certamen, comprometida en la lucha contra las discriminaciones, ya anunció que no acudiría a esa recepción, igual que la defensa Ali Krieger, y criticó al presidente norteamericano.
Rapinoe, que ya había marcado dos tantos de penal en octavos contra España (2-1), sumó su sexto tanto, con lo que empató en el primer puesto de la tabla de goleadoras con su compatriota Morgan, ambas también con tres asistencias, aunque fue Rapinoe la que se llevó la Bota de Oro al haber disputado menos minutos que su compañera.
La delantera de 34 años fue declarada mejor jugadora del partido, algo que se hizo una costumbre en el mundial después de haberse llevado este trofeo individual en octavos contra España y en cuartos frente a Francia (2-1), donde también marcó.