Tras un domingo con demoras, denuncias, escraches y «bocas de urna» truchas, cerraba la votación en Tucumán donde Juan Manzur busca su reelección y están en el radar dos escenarios: el score de Cambiemos y qué pasa en San Miguel de Tucumán, la capital provincial.
El fin del comicio fue, como el inicio, lento y engorroso. Recién a media mañana se normalizaron las 3.653 mesas de votación, según dijo Carlos Amaya, portavoz de la Junta Electoral. Luego se demoró el cierre en algunas escuelas.
A lo largo del día se sucedieron denuncias por boletas truchas, el escrache al intendente Germán Alfaro, casos de «voto cadena», un altísimo nivel de movilización y hasta «bocas de urna» falsas, atribuídas a consultoras como Aresco e Isonomía que las negaron.
En ese combo que sumó tensión a la elección, Silvia Elías de Pérez, candidata de Vamos Tucumán,la marca electoral local de Cambiemos, denunció irregularidades y la Junta Electoral salió a reponder. La guerra psicológica de los datos aportó a la confusión.
A media tarde, sobre unas de las calles que rodea la plaza principal, frente a la Casa de Gobierno, comenzó a montarse un escenario para el festejo.
El escrutinio provisorio lo administrará la empresa MSA, que subcontrató a Andreani. MSA utilizará el mismo esquema que aplicó en Córdoba: delegados en todos los lugares de votación que enviará, a través de una app, una foto del certificado de votación.
En la Justicia electoral señalaron que hacia las 23 habría un volumen de carga de datos para estimar una tendencia.
Fuente: clarín.com