Las nanopartículas que diseñaron los investigadores de la UNRC, están formadas por plásticos especiales, conocidos como polímeros conjugados, y pueden cumplir distintas funciones. Una de ellas es reconocer proteínas que las guiarán hasta el tumor y, una vez allí, activarse (a través de luz aplicada desde el exterior) para destruir las células enfermas.
El glioblastoma multiforme (GBM) es el tumor cerebral más común y letal. Hasta ahora, la cirugía de extirpación es el tratamiento principal con el que cuenta la medicina oncológica para intentar una cura, mientras que otros tratamientos conocidos solo son útiles de manera complementaria.
Los estudios médicos revelan que éste es uno de los tipos de cáncer que menos responde a la quimioterapia. Con la ayuda de la nanotecnología, esto podría cambiar. El cerebro humano posee una barrera protectora que se conoce como hematoencefálica. Detiene cualquier sustancia extraña que pueda llegar por el torrente sanguíneo. Es tan eficiente que hasta la quimioterapia encuentra en ella un escollo para atacar el tumor. Pero, la ciencia descubrió que los monocitos, un tipo de célula que elabora la médula ósea, pueden traspasar esos límites biológicos. Entonces, el desafío de los investigadores locales es introducir en los monocitos las nanopartículas terapéuticas para llegar al tumor cerebral y atacarlo.
El doctor Luis Ibarra, investigador del Conicet y docente del Departamento de Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de la UNRC, es quien está llevando adelante este estudio con la dirección de los doctores Rodrigo Palacios y Viviana Rivarola, y la participación del doctor Carlos Chesta, del Departamento de Química.