El Tribunal de Conducta habló con el padre de Elías Maldonado, el joven violentamente agredido por cuatro agentes policiales que fueron pasados a situación pasiva.
Aunque la investigación judicial aún no derivó en imputaciones, el Tribunal de Conducta Policial resolvió una sanción admnistrativa.
Elías Maldonado sufrió triple fractura de mandíbula y sigue internado a la espera de la prótesis. El hecho ocurrió en la madrugada del pasado lunes, en la ruta nacional 8, frente al Frigorífico Río Cuarto.
El joven de 27 años se habría resistido a entregar su automóvil Volkswagen Bora y fue detenido por agentes policiales que lo esposaron y comenzaron a golpearlo brutalmente.
Según señaló la familia, Elías «se asustó y decidió huir».
Comunicado
Desde el Foro por la Libertad y la Democracia lanzaron un comunicado de repudio por «el accionar policial violento, ilegal y arbitrario sufrido por Elias Maldonado, el pasado lunes 13 de mayo»
Recordaron que el hecho ocurrió «en circunstancias en las que fuera abordado por oficiales de la Policía de la Provincia de Córdoba, distrito Alberdi, quienes lo golpearon brutalmente hasta fracturarle en tres partes la mandíbula, desfigurándole la cara y lesionando su columna vertebral, para proceder inmediatamente a descartarlo en la guardia del Hospital Regional San Antonio de Padua sin dar aviso a sus familiares».
«Luego fue trasladado a Córdoba para ser sometido a una intervención quirúrgica que finalmente no se le pudo realizar por no encontrarse disponible la prótesis necesaria para la misma, gestiones que están llevando a cabo en soledad ya que ninguna autoridad provincial ha acudido a reparar el daño ocasionado por sus dependientes a la integridad psicofísica del joven», señalaron.
Luego, indicaron: «Exigimos celeridad en el procedimiento por parte de la justicia provincial, así como la correspondiente investigación sumaria interna en orden de dirimir responsabilidades y tomar las medidas disciplinarias correspondientes. Vemos con preocupación que lo ocurrido a este joven no es un caso aislado sino un eslabón más de una escalada represiva feroz a manos de las fuerzas de seguridad, en la cual se recrudecen los operativos cerrojo y de saturación sobredimensionados, con hostigamientos de todo tipo hacia lxs ciudadanxs, suspensión de garantías, mayor poder de fuego y uso letal de la fuerza, implementación de armas cuestionadas internacionalmente como las pistolas Taser, habilitación de discursos de odio y revanchismo».