Las autoridades de Río de Janeiro declararon el estado de crisis y piden a la gente que no salga, salvo en casos de extrema necesidad. Fuertes lluvias azotan a Brasil en las últimas horas, más precisamente en Río, donde desde la tarde del lunes se desencadenaron una serie de precipitaciones, con vientos de hasta 110 km por hora. El temporal ya dejó al menos ocho muertos, provocó deslizamientos de tierras, inundaciones y una enorme cantidad de árboles caídos.
Por toda la ciudad había numerosas calles y avenidas bloqueadas con bolsones de agua y vehículos estacionados que habían sido arrastrados por la corriente; en algunas zonas, la acumulación de agua superaba los 212 milímetros. La Avenida Niemeyer, que une el barrio de Leblon con el de Barra de Tijuca fue cerrada al tránsito luego de que, por tercera vez desde que fue inaugurada para los Juegos Olímpicos de 2016, se desplomó parte de la ciclovía Tim Maia que corre a lo largo de esa importante arteria junto al mar.
Ante la grave situación climática, la municipalidad de la ciudad decretó el «estado de crisis» y pidieron a la gente que se quede en sus casas o que sólo se movilicen en caso de extrema necesidad dado que el pronóstico indica que seguirá lloviendo.