«Siempre pienso que si no se daba el milagro, Pablo hoy sería un nieto desaparecido»

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Susana Tissera y sus papás pudieron rescatar a Pablo, hijo de Ricardo Tissera en 1976.

Abuelas confirmaron en conferencia de prensa que fue recuperada la nieta 129, quien reside en España y es hija de una cordobesa. El secuestro de bebés en la última Dictadura fue uno de los aberrantes delitos del Terrorismo de Estado.
Susana Tissera y sus papás pudieron rescatar a Pablo, hijo de Ricardo Tissera en 1976. Sus abuelos lo adoptaron como si fuera su propio hijo para recuperarlo en Casa Cuna, donde quedó alojado para evitar que cayera en manos de los genocidas. A Ricardo lo habían matado el 11 de noviembre en su casa en Córdoba y una semana antes había sido asesinada su compañera. Pablo Tissera tenía un año y 4 de meses cuando asesinaron a sus padres.
«Pablo fue primero mi sobrino, después mi hijo y mi hermano. Siempre pienso que si no se daba el milagro, hoy sería un nieto desaparecido», manifestó Susana Tissera.

¿Quién era la joven cordobesa Norma Síntora, madre de la nieta 129?

La familia presentó la denuncia al poco tiempo de la desaparición de Norma, pero recién a partir de 2012 la Filial Córdoba de Abuelas de Plaza de Mayo inició la investigación que culminó este martes al confirmarse el ADN realizado el pasado 3 de abril, a través del trabajo en conjunto con el Equipo Argentino de Antropología Forense. Así lo informó cba24.n
Norma nació el 9 de agosto de 1951 en Cruz del Eje, provincia de Córdoba. Asistió a la Escuela de Maestros Normales “República del Perú» de esa localidad, egresando en 1968 con el título de bachiller.
Ese mismo año ingresó a la carrera de Ingeniería Electricista Electrónica en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Córdoba.
Trabajaba como empleada en una concesionaria de FIAT. Era militante del Partido Revolucionarios de los Trabajadores y el Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT- ERP). Era conocida como “Raquel” o “La Turca”.
Por su parte, Carlos, radicado actualmente en Montevideo, aún no conoce personalmente a su hija, pero sostuvo: “Yo tengo 70 años y empecé a buscarla cuando era un treintañero. Esto nos hizo vivir con una mochila pesada, pesa pero nunca abandonamos la esperanza. Hemos recorrido no sé cuántos barrios de Buenos Aires, donde había una mínima pista íbamos a buscarla».
Además afirmó: “Me pasé miles de noche sin dormir esperando este momento y quienes me conocen saben que es cierto. Como sabía que podía ser cierto que este momento no llegara, para evitar que me destruyera, me fui poniendo una coraza».
La organización Abuelas de Plaza de Mayo estima que durante la Dictadura Militar (1976-1983), nacieron aproximadamente 500 niños en cautiverio, de los cuales se han restituido al día de hoy 129.

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