El propietario del pub “No lo Cases a Colon”, ubicado en Alvear al 800, intentó evitar un operativo judicial en una causa por discriminación y hubo incidentes. El hecho ocurrió el pasado fin de semana, según confirmó la doctora Karina Elena, abogada de la demandante. Luego de realizar un embargo económico, ahora las partes accederán a una instancia de mediación.
La abogada y una comitiva judicial integrada por el oficial de Justicia Mario Gil y la martillera pública Laura Hernández llegaron al pub con una orden para intervenir la recaudación por un millón de pesos, en el marco de la causa “Degiovanni, María Jimena c/ No Lo Cases a Colon SRL Demanda Abreviada” del Juzgado de Tercera Nominación, Secretaría N° 6.
Ante la ejecución de la orden judicial, el propietario del pub comenzó a insultar y lanzar golpes, lo que obligó a la presencia de efectivos policiales para evitar que los agentes judiciales resultaran heridos.
La denuncia
“En No lo cases a colón me preguntaron si estaba en una lista. Mis amigas habían entrado antes y no estaban en ninguna lista. Tenía ganas de bailar un rato y mostrarle a mi amiga de Estados Unidos la noche de Río Cuarto. Me arruinaron la noche, esto es un signo de los tiempos que vivimos”, afirmó el pasado 8 de octubre la denunciante Jimena Degiovanni.
Luego, agregó: “Nunca me había pasado. No sé si por mi color de piel, por mi sobrepeso, pero que me discriminaron, me discriminaron. La historia de la lista es para seleccionar, para discriminar. La gente entraba, a nadie le preguntaban nada, hasta que llegó un chico que tenía una gorra y lo sacaron a los empujones”, aseveró.
La joven víctima de discrimnación publicó a través de su sitio en Facebook un minucioso relato sobre lo ocurrido: “En el bar NO LO CASES A COLÓN DISCRIMAN Y DENIGRAN… nadie me lo contó, yo fui testigo. Hace media hora quisimos ingresar con 3 amigas, pasamos dos sin siquiera pedirnos DNI y a la tercera la detiene el encargado de puerta ARIEL REQUELME quién le expresa en forma soberbia y arrogante que no puede ingresar porque “no estaba en la lista”. En ese momento, la misma le explica tal impedimento en inglés a la otra amiga que es ciudadana americana y al darse cuenta de su idioma le hicieron seña a ésta última para que pasara. Se entiende? Cuando advirtieron que era extranjera la otra, a ella sí la dejaban pasar. Al ocurrir ello, salí y no sólo que estaban dejando entrar entre 15 y 20 personas sin preguntar si estaban en lista; en efecto, no existía lista: SELECCIONABAN PERSONAS. A los pocos minutos un chico de gorra se acercó al ingreso y éste mismo empleado no lo dejó pasar; pegándole un empujón con tal fuerza que lo dejó tirado en el medio de la calle dónde dos policías lo reducen y detienen; quienes se molestaron por haberlos filmado mi amiga.
Ella había ido a pasarla bien, a mostrarle la noche riocuartense a su amiga extranjera y a todas luces sin asidero ni justificativo real les prohibieron la entrada: los discrimaron por su aspecto físico; violentando no sólo en forma genérica sus derechos como consumidores sometiendolos a situaciones vejatorias, vergonzantes e intimidatorias sino, consecuentemente, el consagrado derecho constitucional de trato equitativo y digno.
Tienen idea la angustia, impotencia y vergüenza con la que regreso a su casa?
Hasta cuándo vamos a tolerar tales actos aberrantes de violencia, discriminación y denigración en nuestra ciudad? Hay que luchar contra éstas prácticas abusivas denigratorias que desembocan en hechos de violencia.
Aclaración: saben qué le dije antes de salir de su casa? Estás muy bonita, y lo estaba! Saquen sus conclusiones….”