Debido al tradicional consumo de pescados y mariscos para estas fechas, es recomendable comprar estos productos en lugares habilitados, mantener la cadena de frío, cocinar bien todos los alimentos y lavarse frecuentemente las manos, entre otras medidas.
Durante Semana Santa aumenta el consumo de pescados y mariscos, por lo que es importante tomar algunos recaudos para evitar intoxicaciones alimentarias. Estas suelen producirse por la contaminación de alimentos, a través de recipientes o en su proceso de preparación, conservación (cadena de frío), manipulación y distribución.
Es importante tener en cuenta que los pescados y mariscos deben comprarse en lugares habilitados, y que son rápidamente perecederos, motivo por el cual requieren una adecuada refrigeración. Otras cuestiones para prestar atención son:
Las pescaderías deben exhibir los productos refrigerados o cubiertos de hielo.
El pescado debe tener las branquias rojas, las escamas bien adheridas al cuerpo y los ojos brillantes. Su carne debe ser firme y no debe ceder con la presión del dedo.
El olor a amoníaco es lo que indica el estado de descomposición del pescado.
El pescado seco o salado no debe presentar manchas negras y su olor debe ser el característico.
Los camarones y langostinos no deben presentar manchas en su superficie, olor desagradable o desprendimientos entre la cabeza y el tronco. Estos son signos de deterioro.
Los productos de pesca deben estar bien cocidos y después de preparados deben ser consumidos lo antes posible.
Los pescados pueden mantenerse por no más de uno o dos días en la heladera y hasta tres meses en el freezer.
No descongelar y volver a congelar los pescados y mariscos.
Al descongelarlos, no hacerlo a temperatura ambiente, sino dentro de la heladera o en microondas.
También se deben tomar precauciones al momento de comprar alimentos enlatados y conservas: las latas no deben estar abolladas ni infladas, y en ellas debe ser visible toda la información nutricional, de registro y de vencimiento. Estos mismos datos deben corroborarse en los huevos de chocolate.
Los síntomas que pueden provocar los alimentos contaminados son generalmente gastrointestinales (diarrea, vómitos, malestar general). Se recomienda no automedicarse y consultar al centro de salud más cercano.
Cocción y mantenimiento de los alimentos
Para prevenir enfermedades asociadas a los alimentos, es clave prestar atención en su preparación y conservación y mantener la higiene en todo el proceso.
Por eso, también es necesario cocinar bien los alimentos y consumirlos inmediatamente, evitar el contacto entre alimentos crudos y cocidos, lavarse las manos con frecuencia, mantener limpias las superficies de la cocina y los paños, utilizar agua segura y si se come fuera de su hogar, exigir las mismas condiciones y controlar que los aderezos estén correctamente envasados.