Por la caída de la economía, la devaluación del peso, y un incremento en los precios por sobre los salarios, la pobreza aumentó fuerte al 32% en el segundo semestre de 2018, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
En Río Cuarto hubo un importante incremento de la pobreza que subió del 24,4% en diciembre de 2017 al 29,3% del mismo mes del año pasado. Eso implica que hay en el Gran Río Cuarto 51.262 pobres.
Pablo Bertea, subsecretario de Promoción Social
Lorena Toledo, comedor Ilusiones
2,9 millones de nuevos pobres
Las nuevas cifras del INDEC reflejan que se sumaron 2,9 millones en un año y 850 mil nuevos indigentes, lo que lleva a totalizar en el segundo semestre 14,3 millones pobres y 3 millones de indigentes.
Durante el año pasado la economía bajó 2,5%, la inflación llegó al 47,6% y la desocupación subió al 9,1% desde el 7,2% de finales del 2017, según datos del propio Indec.
El INDEC informó además que el 6,7% de la población se encontraba en situación de indigencia en ese período, comparado con un 4,8% en el segundo semestre de 2017.
Los hogares en situación de pobreza alcanzaron al 23,4% en el período julio-diciembre 2018, desde un 17,9% en el mismo periodo de 2017.
En el país
Respecto a las regiones, las cifras más altas se registraron en la del Noreste (40,4%); en la del Noroeste (34,5%); y en la Pampeana (32,1%). En tanto, por debajo del promedio, se ubicaron la de Cuyo (31,5%); el Gran Buenos Aires (31,3%); y la Patagonia (24,9%).
Con el 49,3%, Corrientes registró el mayores nivel de pobreza del país. Le siguieron Concordia (41,9%); Gran Resistencia (41,4%); Santiago del Estero-La Banda (38,9%); Salta (37,7%); Gran Córdoba (36,5%); Partidos del GBA (35,9%); y Posadas (35,7%).
La pobreza afecta en mayor medida a los niños menores de 14 años. Según el INDEC, el 46,8% de ellos vive bajo la línea de pobreza. «El atraso del poder de compra de la Asignación Universal por Hijo (AUH) no hizo más complejizar esta situación», inicó un informe de Ecolatina.
Si bien la incidencia de la pobreza y la indigencia es menor, los adultos mayores (más de 65 años) también sufrieron las consecuencias del deterioro económico: los aumentos de los haberes previsionales perdieron por varias cabezas frente a la inflación (situación similar a la observada en la AUH).