Se trata de la propiedad de Nicolás Coria, ubicada en Manuelita Rosas 134 de barrio Alberdi. Allí, hasta hace un tiempo, vivió su hijo con otras personas pero luego se fue y éstos últimos quedaron habitando la casa.
El pasado jueves, a raíz de conflictos personales entre ellos y a modo de ajuste de cuentas a su hijo, le incendiaron aberturas y distintos elementos afectando también el techo, paredes y otras partes de la vivienda.
«Mi propio hijo es mala gente, no me avergüenza decirlo. Tengo un montón de denuncias por amenazas de él y nadie hace nada», afirmó Nicolás Coria.