Justicia por mano propia: «Él siempre fue distinto, responsable y atento, pero en la Cárcel lo perdió todo»

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Nydia afirmó que «estar en la Cárcel es la peor condena para una persona» y resaltó que «con la Justicia por mano propia perdemos todos».

«Él siempre fue distinto, responsable y atento, pero en la Cárcel lo perdió todo», afirmó Nydia Farhat, docente de la Unidad Penitenciaria Número 6 sobre la situación de Jesús Garro, el propietario de un taller mecánico que enfrenta una pena de 6 años por golpear a un ladrón que ingresó a robarle en el 2015. El autor del atraco quedó invalido por la golpiza.
En diálogo con Póster Central, de FM Gospel, Nydia afirmó que «estar en la Cárcel es la peor condena para una persona» y resaltó que «con la Justicia por mano propia perdemos todos».
«Esta persona está en iguales condiciones que otros violentos, que han matado ó violado. Es muy triste verlo en esta situación, lo único que ganó en la Cárcel fue poder tener educación», indicó.
Garro perdió a su pareja y sus hijos ya no van a visitarlo a la Carcel. «Es muy doloroso. En el aula hace todas las tareas, compró su propio material, trae hasta fibrones fluorescentes. Yo nunca pregunto por qué están, pero su historia es diferente. Como dijo García Márquez, todos somos capaces de los crímenes más abyectos en cuestión de segundos», fundamentó.

El conmovedor escrito de Nydia Farhat:

En la cárcel:
Él esperaba una reunión, en mi aula, mientras yo completaba unos libros.
Siempre fue «Distinto»: respetuoso, con la mirada sostenida a los ojos de su interlocutor; solícito; tranquilo; correcto en su lenguaje y tratamiento; impecable en su aspecto.
Desde el primer día, se mostró como un caballero.
Mantuvimos una charla larga, distendida.
Y no pude contener la duda. Le pregunté si cuál era su causa.
«Dejé inválido al choro que entró en la madrugada a mi taller y me vació todo. Todo lo comprado con mi sacrificio, con mi trabajo. Yo vengo muy de abajo. Nadie me regaló nada. Sé lo que es laburar desde chico. Todo lo que logré fue a fuerza de pulmón, sudor y muchas horas de trabajo; sin descansos, sin feriados».
El «choro» era un «pibe del barrio» acostumbrado a hacer de las suyas con absoluta impunidad. Inclusive, hasta violar ancianas. Desde billeteras, carteras hasta motos, constituían su ajuar delictivo. Tenía antecedentes penales importantes. Pero el día del robo a su taller, estaba suelto, libre, una vez más.
La justicia condenó a JDR a 6 años de cumplimiento efectivo de prisión, porque esa madrugada, al regresar de un baile, se encontró con el intruso vaciando su lugar de trabajo, y le propinó una paliza para el recuerdo. Tan importante fue, que el «choro» quedó inválido.
Hoy, JDR purga su condena tras las rejas. No hubo atenuantes. Tuvo que vender sus pertenencias para pagar abogados que «lo entregaron». Perdió a su mujer y sus hijitos no lo visitan.
El «choro» pasa el resto de sus días sin movilidad, en una silla de ruedas a la que ninguno de sus «auxiliares de la mala vida» empuja.
Para pensar…

El hecho

El 7 de Octubre de 2016, la Cámara Segunda del Crimen de Río Cuarto, en Córdoba, condenó a cinco años y cuatro meses de prisión a dos hombres que dejaron inválido a un ladrón que había ingresado a robar al taller de autos y motos de los dos.
Los imputados, Jesús Garro y su primo José Romero, admitieron la responsabilidad del hecho y acordaron la sentencia en un juicio abreviado con el fiscal de Cámara.
Todo ocurrió el 2 de noviembre de 2015 cuando Garro y Romero regresaban de bailar y vieron a Darío Villarruel, de 27 años, y a otro hombre, que no se pudo identificar, ingresando a robar al taller ubicado en calle Patricias Mendocinas al 240 de Río Cuarto. El cómplice logró escapar pero Villarruel, después de correr varias cuadras, fue alcanzado en un predio baldío y golpeado con saña.
El joven sufrió gravísimas lesiones que le provocaron una severa discapacidad por lo que permanece postrado en una cama.

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