Se trata de Francisca y Bruno, una pareja riocuartense que en mayo del año pasado buscó fecha para su casamiento y en ese momento eligió el sábado 24 de noviembre. Ella es fanática de Boca y él, hincha fiel de River. Nunca imaginaron que su día tan esperado iba a coincidir con el partido más importante de la historia del fútbol argentino a nivel clubes: la revancha de la final de la Copa Libertadores.
«No sabíamos si era demasiado apresurado cuando tomamos la decisión pero nos dijeron que reservemos en ese momento porque para noviembre de este año, que era la fecha que nosotros queríamos, iba a ser complicado conseguir más adelante. Así que reservamos, empezamos a organizar todo lo que tiene que ver con la decoración y empezamos a armar toda la fiesta. Después fue pasando el tiempo, se iba jugando la Libertadores, veíamos que Boca llegaba a la final y River lo mismo. Rezábamos para que no se cruzaran los dos y al final pasó eso. Ahí empezamos a rogar para que se jugara los miércoles como es habitual», comenta Francisca.
«Cuando dijeron que se iba a jugar los sábados no fue fácil. Está todo negativo para que nuestro casamiento coincida con el partido porque la final es a las 17 hs. y la Iglesia, a las 19 hs», explica Bruno.
Cuando familiares y amigos se enteraron de que el sábado 24 no iba a ser un día normal, intentaron convencer a los novios para modificar la fecha y hasta les enviaron algunos comentarios particulares. «Más de uno nos dijo que iba a estar con los auriculares puestos en la Iglesia. Y mi hermano más chico que es muy fanático me pidió el número del Padre para cambiar el horario del casamiento. Le escribió por twitter a la Libertadores, a la Conmebol, a todos para ver si podían pasar la segunda final para el domingo 25», dice Fran.
A pesar del evento deportivo que acaparará la atención de todo el país, los chicos esperan que sus allegados puedan evitar lo sucedido una vez finalizado el partido y festejar su boda normalmente. «Anímicamente no quiero imaginar lo que va a ser. Creo que va haber una gran parte con caras contentas y otra gran parte no. En las fotos se va a haber reflejado. Tanto amigos como familiares y cualquier fanático en general, lo van a sentir más allá de que estén en la fiesta», opina Bruno. Y su novia agrega: «Queremos que cuando termine el partido sea más importante nuestro casamiento que quien haya salido campeón, más allá de lo que representa el fútbol en Argentina. Nosotros decimos que el que gane va a tomar para festejar y el que pierda, para ahogar las penas», concluye entre risas.