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El candidato de la ultraderecha, Jair Bolsonaro, se impuso con el 46,7% de los votos por sobre el Partido de los Trabajadores (PT) cuyo candidato es Fernando Haddad (en sustitución de Luiz Inácio Lula da Silva, quien fue arrestado y proscripto para la elección) que obtuvo el 28,9%.
Como Bolsonaro no logró sacar el 50% de los votos, el 28 de octubre se llevará a cabo la segunda vuelta para definir el próximo presidente de Brasil.
Bolsonaro es un excapitán del ejército y legislador con 27 años en el Congreso que se hizo popular presentándose como un «salvador de la patria» frente a los políticos «corruptos». El candidato del Partido Social Liberal, es conocido por ser xenófobo, misógino, homofóbico y apologista de la dictadura militar.
Mientras tanto, Haddad ha prometido dar marcha atrás a las reformas económicas del presidente Michel Temer entendiendo que han deteriorado los derechos de los trabajadores, para aumentar la inversión en programas sociales y recuperar los años de auge que Brasil tuvo bajo su mentor, Lula.
En la tarde de este domingo a minutos del cierre de la votación, hubo clima festivo frente al departamento donde vive Bolsonaro en Barra de Tijuca, zona oeste de Río de Janeiro.
«Ganamos en casi todas las regiones del país y perdimos sólo en el nordeste. No teníamos grandes personalidades, no teníamos una gran estructura, somos un partido muy pequeño y estuve hospitalizado unos 30 días», fueron algunas de las declaraciones del candidato del Partido Social Liberal.
El ex ministro de Educación, Haddad, admitió que en caso de ser derrotado saludará al vencedor y de cara a la segunda vuelta agregó que buscarán ampliar alianzas para todos los brasileños y brasileñas que, en forma independiente, puedan elegir por la democracia.
Previo a las elecciones, el político más popular del país, Luiz Inácio Lula da Silva, sufrió el rechazo de su candidatura, mientras que Bolsonaro sufrió un ataque a cuchilladas a un mes de los comicios.