La noticia del deceso del ex gobernador de Córdoba causó profundo dolor en Río Cuarto, la ciudad a la que José Manuel De la Sota había elegido como su lugar de residencia y además, la ciudad a la que en 1999 y cuando recién había asumido al frente de la provincia, nombró como Capital Alterna.
En julio de 1999 Río Cuarto se convirtió por primera vez en capital alterna de la provincia, un hecho histórico que modificó la incidencia de la ciudad en el esquema político provincial, sustentada en cambios por intereses regionales y también electorales.
Con un acto en Plaza Mojica, hace 19 años -más precisamente, el 29 de julio de 1999- el ex gobernador José Manuel de la Sota ponía en marcha la medida en un evento del que participó todo su gabinete de ministros. Estuvo acompañado, además, por el ex intendente Antonio Rins.
De la Sota había asumido su primera gobernación el 12 de julio y 17 días después cumplía con una de las promesas de campaña que intentaba recuperar la alicaída relación entre la ciudad y el gobierno central en Córdoba.
En la última etapa del gobierno de Ramón Mestre, el sur provincial había manifestado su rechazo a políticas centralistas y hasta el intendente Rins -del mismo signo político que Mestre- no lograba ser recibido en el despacho del entonces gobernador.
De la Sota comenzó a gestar a partir de la decisión de sumar a Río Cuarto como capital alterna una estrecha relación con la ciudad en donde siempre obtuvo triunfos electorales y en la que decidió radicarse definitivamente, tras formalizar su noviazgo con la riocuartense Adriana Nazario, ex ministra de la Producción.
Cada fin de mes, el caudillo justicialista arribó con su gabinete para realizar anuncios -no todos concretados en obras- y formular declaraciones en extensas conferencias de prensa.
La decisión se mantuvo en sus dos mandatos y fue ratificada por el actual gobernador Juan Schiaretti quien avanzó en la descentralización a partir de la creación de una delegación provincial con subsedes de cada uno de los ministerios.
La estima de José Manuel de la Sota por Río Cuarto dejó una huella imborrable en los riocuartenses que se tradujo en innumerables obras en toda la ciudad, desde el Centro Cívico, sede del Gobierno de Córdoba hasta el Puente Colgante, que completó su sucesor Juan Schiaretti.