«Los chicos cruzan el río mojados para recibir la copa de leche, es muy triste tanta necesidad», admitió Bety Ríos, coordinadora del Centro Comunitario de Islas Malvinas, quien advirtió sobre un fuerte crecimiento de la demanda alimentaria por la crisis económica.
Hasta una hora esperando por un pasajero y una caída del 50 por ciento en los viajes, es el saldo del impacto de la crisis económica entre taxistas y remiseros. Trabajan hasta 15 horas por día y apenas logran sobrevivir, en medio de una parálisis generalizada del consumo.