Foto: Puntal
La Cámara Segunda del Crimen condenó a 8 años de prisión a Rebeca Abigal Ponces, la joven mamá de 20 años acusada de matar a su bebé de 3 meses. Rebeca vivía en un contexto de vulnerabilidad y tenía solo 18 años cuando ocurrió el hecho.
«La joven sufrió un castigo de su familia, quedó sola y vivía de la caridad. Era un cuadro de vulnerabilidad extrema, aunque no era inimputable porque no hubo emoción violenta», resaltó el fiscal Jorge Medina, quien consideró que hubo atenuantes para disminuir la pena.
Según surge de la imputación, la joven mamá arrojó a su bebé a un canal cubierto de agua de lluvia en la localidad de Arias, en la víspera de la Navidad de 2016.
La sentencia, en el proceso con jurados populares, estuvo a cargo de los jueces Pablo Bianchi, Emilio Andruet y Carlos González Castellanos.
Para la defensa existen atenuantes que puedan evitar una condena a reclusión perpetua para la joven que debió afrontar en soledad el juicio, sin la presencia de sus padres ó hermanos.
«La chica se quebró en llanto. ‘Anoche se me cayó de la cama, se golpeó la carita. Vi sangre, me asusté, la envolví en una sábana y la tiré a una alcantarilla con agua'», había relatado el comisario mayor Julio Silva sobre la admisión de Rebeca.
Los efectivos buscaron en la zona de calles Sarmiento y Arias, donde vive la chica, y encontraron sobre calle Sarmiento, a unos 50 metros del domicilio de la familia, la alcantarilla en la que estaba la nena, envuelta en una sábana, ya sin vida.