El serbio tiene credenciales como para oponerse a cualquiera. Y tiene un registro único ante los dos líderes del ranking.
Novak Djokovic tenía todo para ser el rey del tenis por una larguísima era. Lo había sido, de hecho, con algunas interrupciones, entre Australia 2011 y Roland Garros 2016, cuando se llevó nada menos que once de los 22 Grand Slam que se disputaron en ese período. De golpe, algo se quebró, y entró en una espiral negativa que hasta pareció poner en duda su continuidad como tenista. Hasta que este domingo le avisó al mundo del tenis que estaba otra vez en el centro del escenario. Y ahora, todos deberán cuidarse de él.