Lorena Toledo, responsable del comedor comunitario Ilusiones, en Cola de Pato
El sábado pasado, el barrio de Las Delicias fue otra postal de las urgencias que viven y padecen los sectores más vulnerables de la ciudad. Una gran cantidad de vecinos fue en busca de bolsones con yoghurt que repartieron solidariamente Juan Carlos Pereyra y Carmen Arrieta, responsables del comedor.
«La gente nos viene a pedir con urgencia un paquete de fideos. La situación es muy grave y no parece que se vaya a resolver», sostuvo en diálogo con Póster Central, de FM Gospel
El impacto en los niños
La pobreza alcanza al 48,1% de los niños en Argentina. De ese valor se desprenden varios indicadores que marcan la carencia que están viviendo los menores en nuestro país. En el caso de la alimentación, mientras un 17,6% tiene déficit en sus comidas, un 8,5% pasó hambre durante 2017, según el último informe de Barómetro de Deuda Social de la Infancia de la UCA que además indica que aumenta de manera constante la asistencia a comedores infantiles.
Según pública el diario Ambito, las cifras, que son de finales del año pasado, podrían acrecentarse en un contexto como el actual con devaluación, inflación, shock tarifario y caída del salario real. El último índice de pobreza del INDEC marcó 25,7% en el segundo semestre del año pasado y se espera que regrese al 29% a fin de año, según estimaciones de la UCA . En el caso de la niñez el número es mayor porque se trata de una medición multidimensional, no solo en base al precio de la canasta básica.
El trabajo del barómetro, realizado en base a encuestas a más de 5.700 personas de conglomerados de 80.000 habitantes, analiza inequidades asociadas a cada dimensión de los derechos del niño, por eso se relevaron datos sobre alimentación, salud, hábitat, subsistencia, crianza y socialización, información, educación y trabajo infantil.
La medición arroja que en 2017 hubo un 48,1% de niños, niñas y adolescentes pobres y en el interior de ese grupo se estima a un 10,2% en situación de indigencia. En cuanto a la distribución geográfica, en el Conurbano Bonaerense mostró el mayor índice ya que la pobreza alcanza al 54,2% de los niños.
Ligado a este fenómeno se observa un déficit alimentario de 17,6% (chicos que no comieron correctamente) y 8,5% en su nivel más grave, es decir hambre. Además se detectó que de ese universo de niños un 33,8% asiste a comedores escolares, siendo nuevamente el GBA el espacio con mayor cobertura alimentaria directa con 37,7%.
Según la investigadora de la UCA, hay cada vez más asistencia a los comedores. Si bien desde el 2010 al 2016 esta participación se mantuvo en un rango del 25%, en el último año creció más de cuatro puntos porcentuales y se fue a 32,7%. «No está siendo suficiente la AUH y la asistencia directa ya que este indicador no ha dejado de subir desde 2014», completa Tunón.
El informe destaca que el 51,3% de la infancia y adolescencia reside en espacios barriales nocivos en términos de la contaminación ambiental. Otros números que preocupan son que la precariedad en la construcción de la vivienda afectó en 2017 a casi el 25% de la infancia, la situación de hacinamiento al 22,5%, y las carencias en el espacio del saneamiento al 46,2%.
El 67% de los chicos escolarizados en la educación primaria y secundaria asiste a escuelas de gestión pública. En cuanto a las carencias se detectó que el 48,9% de los chicos en la escuela primaria carecen de ofertas en el espacio de las nuevas tecnologías y un estudiante de escuela estatal tiene 3,5 veces menos chances de acceder a esta oferta que pares en escuelas de gestión privada.