Egipto vio cómo su esperadísimo regreso comenzaba con una *dolorosa derrota en el último suspiro.
Tras sus respectivos primeros partidos en la Copa Mundial de la FIFA 2018™, Rusia y Egipto no podían llegar a San Petersburgo con sentimientos más opuestos. La anfitriona lidió con la presión *del choque inaugural de forma asombrosa, mientras que Egipto vio cómo su esperadísimo regreso comenzaba con una *dolorosa derrota en el último suspiro.
Hasta los aficionados más incondicionales de Rusia se hubiesen reído del pronóstico de una victoria por 5-0 ante Arabia Saudí. Pero el triunfo, salpicado por dos preciosos goles de Denis Cheryshev, ha dado la vuelta a las expectativas. **Tres puntos podrían bastar para conseguir el pase a octavos de final**.
Egipto, por su parte, no tiene tiempo que perder. Por fortuna para ellos, Mohamed Salah parece recuperado de su lesión. El artillero ha sido una presencia dominante en Inglaterra esta temporada y, además de la obvia amenaza en ataque que supondrá, su reincorporación será toda una inyección de moral para la formación después del gol in extremis concedido contra Uruguay.
Rusia está exultante con la fabulosa y, por qué no decirlo, inesperada lluvia de goles del partido inaugural. Sin embargo, los jugadores no se han dormido en los laureles. Todo el contingente ruso ha pasado página del resultado contra Arabia Saudí y Egipto es ya otra historia. Con o sin Mohamed Salah sobre el césped, los locales están decididos a pelear duro y cosechar otros tres puntos para poner un pie, o los dos, en la siguiente ronda.
Fuente: FIFA