Para Burruchaga no es bueno comparar las críticas previas que ha recibido esta selección con las que recibió aquella que luego terminó ganando el Mundial en 1986.
Jorge Burruchaga mira la práctica argentina desde un costado de la cancha del Centro de Entrenamiento de Bronnitsy sin inmutarse. Él sabe lo que es jugar un Mundial. Es más, sabe lo que es ganar uno y ser finalista de otro.
Si está ansioso no se nota. Elige el bajo perfil y no dice nada ante un golazo de Lionel Messi, una atajadón de Nahuel Guzmán o una gambeta de Maximiliano Meza.
Aquel que gritó a viva voz el 3-2 contra Alemania en la final de México 1986 analiza las cosas con otro cristal de cara a Rusia 2018.
“Al equipo lo veo bien. Desde aquellos primeros entrenamientos en Ezeiza a esta realidad de hoy ha ido mejorando, sin dudas”, sentencia a FIFA el ahora Mánager albiceleste.
“A medida que pasan los días, ellos mismos van sintiéndose mejor, más sueltos, más metidos en el sentido de lo quiere el entrenador. Tenemos un gran plantel, al mejor del mundo y la ilusión hacer un gran torneo”.
Luego dejará en claro qué significa eso para él. “Yo digo que en este Mundial tenemos la obligación de estar entre los cuatro mejores”.
“Eso te garantiza jugar los siete partidos. No es fácil llegar a una semifinal de una Copa del Mundo con los grandes que van a estar presentes, entonces ese primer objetivo es complicado”.
Según Burruchaga, la dificultad que conlleva obliga a resaltar lo hecho cuatro años, cuando Argentina fue finalista, aunque aclara que “pensar en lo que pasó no le sirve a nadie”.
“Fue un objetivo bien logrado, un subcampeonato del mundo no es poca cosa. Sí que te quedaste con las ganas, con intrigas adentro, con el estómago retorcido, pero ya pasó, hay que olvidarse”.
Y mira hacia adelante. “Ahora debemos pensar en lo que empieza. Sin ánimo de revancha, porque a mí no me gusta esa palabra. Es una nueva posibilidad que tienen de poder ganar o aspirar a ganar un nuevo Mundial”.
Para Burruchaga no es bueno comparar las críticas previas que ha recibido esta selección con las que recibió aquella que luego terminó ganando el Mundial en 1986.
“A aquella se la criticaba por el estilo de juego y porque no habíamos tenido resultados. Hoy por ahí está más basada en si tiene que estar uno o el otro”.
Reconoce que algunas dudas parten del funcionamiento que no ha logrado el equipo pese a tener grandes futbolistas, sobre todo durante las eliminatorias, pero considera esa falta de rendimiento óptimo como razonable.
“Era mucho lo que Argentina tenía en juego, no era fácil. El último cambio de entrenador, de Sampaoli con relación a Bauza, fue muy fuerte, entonces es normal que cueste”.
Luego apela a la experiencia. “Aquellos que hemos jugado un Mundial sabemos bien que siempre habrá críticas, pero lo importante es mantener la calma, estar seguro”.
Por eso considera clave el debut con Islandia. “El partido del sábado, el primero, a mi entender siempre es el más determinante. El ganarlo te genera confianza, seguridad y la autoestima se eleva”.
Fuente: Fifa en Español