La Cámara del Crimen condenó a prisión perpetua a Emiliano Cahuana, el femicida acusado por el brutal homicidio de la militante de Ni una Menos, Samantha Yoerg (22).
La joven mamá de dos hijos fue asesinada a golpes en las afueras de General Cabrera el 12 de octubre de 2016. Dos días después, el autor del crimen al ser indagado por el fiscal de Instrucción Fernando Moine reconoció el crimen.
El asesino dijo que había salido a caminar con Samantha por el sector descampado de la ruta hacia Alcira Gigena y que comenzó a golpearla ferozmente a puñetazos.
Samantha murió por un paro cardiorrespiratorio, tras una violenta golpiza con puñetazos y puntapiés, según surge de la autopsia realizada al cuerpo de la víctima.
El informe al que accedió Telediario, destacó que la víctima murió por «un paro cardiorrespiratorio, como consecuencia de un traumatismo craneo encefálico y hematomas en el hemitórax superior, con signos de lucha y defensa»
Además, la autopsia confirmó «fractura a la altura del hueso frontal lado derecho extendido hacia la sutura parietal, lesión orbital derecha de 6 centímetros, con desgarros producto de probable golpe de puño»
Samantha estuvo desaparecida dos días, hasta que se conoció el doloroso final. El homicida se quebró después de plantar pistas falsas, como presuntos viajes con un amante y mensajes de texto.
La instrucción
En el escrito de elevación a juicio, el fiscal sostuvo que el 12 de octubre de 2016 en un horario que no se pudo precisar, pero que sería entre las 15.30 y las 17.30, “Emiliano Alberto Cahuana junto a su concubina Samanta Yoerg arribaron al kilómetro 43 de la ruta provincial E-90, en la zona rural cercana a General Cabrera”.
Agregó que en ese lugar mantuvieron una discusión por cuestiones de pareja y Cahuana comenzó a agredir físicamente a la joven “con múltiples golpes de puños y puntapiés que impactaron en su cabeza, rostro, torso y miembros superiores”.
El médico forense que examinó el cadáver de Samanta hallado en un cañaveral constató que como consecuencia de la golpiza la víctima sufrió traumatismos craneoencefálico y facial que le provocaron su muerte por paro cardiorrespiratorio.